El periodismo no está en crisis, la industria periodística sí. Las palabras son de Kevin Anderson, periodista multimedia y colaborador de BBC y Al Jazeera, pero bien podrían ser de Clark Kent, que, en el último capítulo de la historieta de DC Comics, renunció al Daily Planet, cansado, explicó, de la línea sensacionalista del diario que atiende más las exigencias populares que el compromiso informativo.
Información contra infoentretenimiento. El dilema del periodismo contemporáneo, en el mensaje implícito de Kent, y que tiene sumida a la prensa impresa de Estados Unidos y el mundo, en una crisis de la cual muy pocos piensan que saldrán vivos.
Kent, alter ego de Superman, lleva a Metrópolis al plano terrenal. La situación de los diarios en Estados Unidos, y en el mundo occidental, pasan por crisis similares. La defensa del periodismo comprometido que hace el superhéroe tiene, pues, un trasfondo mayor.
La crisis
El problema es tan grave que ha llegado al Congreso de Estados Unidos. Una investigación elaborada en septiembre de 2010, califica ésta como la peor crisis financiera de la industria periodística desde la Gran Depresión.
“Los ingresos por publicidad se han desplomado, ahogando a las empresas en una grave caída financiera, mientras que los hábitos de lectura han cambiado, y los consumidores buscan en internet noticias por las que no tienen que pagar. Algunas de las grandes cadenas de periódicos están sumidas en fuertes deudas. Entre 2008 y principios de 2010, ocho de las más importantes cadenas se declararon en bancarrota, varios periódicos de grandes ciudades cerraron, otros hicieron recortes de personal, corrieron reporteros y editores e impusieron reducciones salariales, cortaron el tamaño del papel u optaron por convertirse sólo en periódicos por internet”.
Desde entonces, y pasada la recesión de 2009 en Estados Unidos, los periódicos que sobrevivieron han recuperado sus ingresos vía publicidad, poco a poco, pero no lo suficiente para estabilizarse. Las ganancias por ese concepto siguen a la baja y los periódicos no han conseguido una fuente de ingreso estable que la sustituya.
El problema crece, dice el informe del Congreso, y con éste las preocupaciones de que una caída de la industria periodística impacte en la vida social y cívica de Estados Unidos. “Ya hay menos periodistas cubriendo las actividades de los congresos locales y gobiernos estatales, y el número de periódicos locales que cubren el Congreso de tiempo completo disminuyó a 23 en 2008, cuando en 1985 eran 35”.
No es la primera vez que Clark Kent deja el Daily Planet, pero, en esta ocasión, su dimisión “es un reflejo de los problemas por los que pasa esa profesión en estos momentos, el rol de los medios de comunicación, el desequilibrio entre información y entretenimiento, el crecimiento del periodismo ciudadano…”, de acuerdo con la nota de prensa que envió la editorial DC Comics.
Aunque las razones de Superman parecen fundamentalmente morales, la calidad del periodismo sí se ha visto afectada por la crisis financiera y el desgastado modelo de negocio de la industria periodística como la conocemos hasta hoy.
El más reciente estudio sobre la situación de la industria de periódicos en Estados Unidos, también publicado por Anderson en abril de este año en Al Jazeera, indica que las audiencias crecieron para cualquier plataforma de noticias en 2011, menos para los periódicos. Más gente ve televisión, escucha radio y consulta noticias por internet. Los sitios online de noticias, específicamente, aumentaron 17.2%.
A mayor audiencia, más publicidad y aunque ésta también ha aumentado, el periodismo no es quien está sacando provecho. El grueso de crecimiento está en sitios de motores de búsqueda, como Google, y más recientemente en redes sociales. En 2001, por ejemplo, la publicidad en plataformas como Facebook y LinkedIn aumentó 75% en el Reino Unido.
Los números no mienten
La crisis se agravó en 2009, pero ya se veía venir. En 2005, Philip Meyer, profesor de la Universidad de North Carolina, predecía que de continuar la tendencia de lectura, el último periódico impreso se apagaría en 2044. En octubre de 2044 para ser más exactos.
Paul Farhi, del Washington Post, abordó el problema en un artículo publicado en el American Journalism Review hace siete años. “Esta crisis de confianza en los diarios se ha combinado con la revolución tecnológica y los cambios en la estructura económica para crear la tormenta perfecta”, anticipó.
¿Dónde está el problema? Un reporte del Proyecto de Excelencia en Periodismo del Pew Center, revela que en Estados Unidos por cada dólar que obtiene una empresa periodística como ingreso en su página web, pierde siete de ganancia en su versión impresa.
Una investigación conjunta de Rick Edmonds, del Poynter Institute y el Pew Center muestran el impacto en ingresos vía publicidad que los periódicos de Estados Unidos resintieron con la recesión de 2009, pero también que no han podido recuperar el nivel de ingreso. Aun cuando la industria se recupera, no logra los estándares de 2006
Por el otro lado, las ganancias vía sitios web superan ya las metas logradas en 2007, el punto más alto que habían alcanzado.
El problema se agrava cuando se demuestra que las pérdidas en los periódicos impresos superan por mucho a las ganancias que obtienen en sus páginas web.
Aunado a gastos Corrientes y de operación, los márgenes de ganancia continúan en franca caída.
De nuevo, se pone en la mesa la urgencia de renovar el modelo de negocio. Lo paradójico es que la industria editorial se encuentra en los dos polos, el de mayor crecimiento de negocios, y el de mayor contracción.
Según Scott Nicholson, en un artículo publicado en el blog de LinkedIn en marzo, la economía ha tenido una marcada evolución en los últimos cinco años y empresas boyantes entonces ya no lo son tanto. El Economic Report of the President (ERP) sitúa a las empresas de periódicos como las que más se han reducido (-28.4%), en tanto que en las tres de mayor crecimiento están las de energías renovables (+49.2%), internet (+24.6%), y editorial online (+24.3%)
Reinventándose al futuro
El futuro es digital pero, insiste Anderson, el periodismo impreso debe reinventarse si quiere tener los recursos para continuar proveyendo de noticias a las sociedades y democracias.
Ya hay muchas pruebas al respecto. Este año, por primera vez, el Huffington Post, un medio que nació digital y no tiene versión impresa, recibió un premio Pulitzer.
El propio Clark Kent deja claro que su intención, al renunciar al Daily Planet, no era dejar el periodismo. Tiene previsto crear su propia página web, “al estilo de The Huffington Post”, según comentó su guionista Scott Lobdell al diario USA Today.
“A partir de ahora, en lugar de asistir a cómo Clark se enfunda en el traje de superhéroe, vamos a poder ver cómo refuerza más su propia personalidad convirtiéndose en un tipo que se sirve de internet para desenmascarar la verdad”, dijo Lobdel
Hace unos días la revista Newsweek, con 79 años en el mercado, anunció que su último ejemplar saldrá en diciembre de este año y a partir de 2013 sólo será digital. También lo hizo, hace dos años lo que históricamente fue el tercer semanario de información general en Estados Unidos, US News & World Report.
Las versiones impresas consumen más recursos y obtienen menos ganancias. Las páginas web de grandes diarios como The New York Times, The Wall Street Journal y The Washington Post acumulan millones de lectores, con un crecimiento constante, pero no se consolidan como fuente única de ingresos.
Los periódicos que decidieron abandonar la edición impresa y permanecer digitales, si bien lograron cortar gastos de producción hasta en 70%, resintieron bajas considerables en sus ingresos.
Clark Kent tiene razón en criticar la situación en la que ha caído el Daily Planet, y seguramente obtendrá muchos más seguidores en su blog, pero sólo Superman podría convertir a la industria periodística en un nuevo modelo de negocios que retribuyera al lector lo que éste exige: información útil y de calidad, y diera a la empresa lo que necesita para lograrlo: ingresos suficientes.
Para ver con mejor calidad éstos gráficos, consulta el PDF de la versión impresa aquí.
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