El ejército israelí llevó a cabo intensos bombardeos contra posiciones de Hezbolá en Beirut y el sur de Líbano, ampliando su ofensiva contra el grupo islamista Hamás en la Franja de Gaza, donde al menos 87 personas murieron en un ataque previo. Los bombardeos se producen tras la denuncia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien acusó a Hezbolá de intentar asesinarlo mediante un dron.
Aunque el grupo chiita no reivindicó la acción, la misión iraní ante la ONU afirmó que Hezbolá estaba detrás del ataque.
“Les digo a los iraníes y a sus aliados en el Eje del Mal: cualquiera que perjudique a los ciudadanos del Estado de Israel pagará caro por ello”, afirmó Netanyahu.
Las fuerzas israelíes atacaron un centro de mando de Hezbolá y una planta de armas subterránea en Beirut, además de otras posiciones en el sur del Líbano. También se reportaron múltiples proyectiles lanzados desde territorio libanés, algunos de los cuales fueron interceptados.
Los enfrentamientos, que se extienden desde mediados de septiembre, han dejado más de mil 450 muertos en Líbano y causado el desplazamiento de 700 mil personas.
En Gaza, la situación sigue siendo crítica. Al menos 73 personas murieron en Beit Lahia, en el norte de la Franja, en un bombardeo israelí, indicó la Defensa Civil. La oficina de prensa del gobierno de Gaza, bajo el mando de Hamás, confirmó el saldo de víctimas.
Los palestinos de esa región soportan “horrores indescriptibles”, afirmó la jefa interina de la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, Joyce Msuya.
La guerra en Gaza estalló tras la incursión ese día de milicianos de Hamás que mataron en el sur de Israel a mil 206 personas, en su mayoría civiles, y tomaron 251 rehenes, 97 de los cuales siguen cautivos, según recuentos basados en datos oficiales israelíes.
En la ofensiva de represalias israelíes contra Gaza murieron 42 mil 603 palestinos, según datos del Ministerio de Salud de Gaza.