La soberanía alimentaria es mucho más que un derecho, es una prioridad para toda nación que aspire a ser verdaderamente libre. En un mundo donde la economía globalizada incrementó la dependencia de importaciones y las fluctuaciones del mercado pueden poner en riesgo el acceso a alimentos, es crucial garantizar la autosuficiencia alimentaria. Tener control sobre la producción y distribución de nuestros alimentos es un tema económico, pero también uno de justicia social y dignidad para el pueblo de México.

Por tal motivo, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó el Programa Nacional de Soberanía Alimentaria, que busca reducir la dependencia de las importaciones y lograr que México produzca lo que consume, lo cual beneficiará tanto a pequeños agricultores como a consumidores finales, quienes podrán acceder a productos de calidad a precios justos.

El Programa se estructura en cuatro ejes clave: 1) Bienestar, para erradicar la pobreza extrema; 2) Producción, para incrementar la producción nacional; 3) Uso eficiente del agua, y 4) Sostenibilidad, que permitirá la transición hacia una agricultura más respetuosa con el medio ambiente.

Un elemento esencial es el gran acuerdo nacional con la cadena productiva del maíz y la tortilla, cuya meta es reducir, hasta en 10 por ciento, el precio de la tortilla durante el sexenio, a fin de aliviar la carga económica de millones de familias.

Además, el programa Cosechando Soberanía es un esfuerzo para empoderar a los pequeños y medianos productores, especialmente en municipios con altos niveles de pobreza, mediante créditos seguros y asistencia técnica para impulsar la producción de frijol, arroz, sorgo y leche, lo cual impactará en la vida de más de 500 mil productores.

Otro pilar es el programa de sustentabilidad hídrica, que garantizará un uso más eficiente del agua en los distritos de riego, beneficiando así a 400 mil productores. Igualmente, la creación de la Productora de Semillas para el Bienestar y la estrategia para la autosuficiencia en la producción de frijol en estados como Zacatecas, Durango y Nayarit, como muestra del compromiso con las regiones más necesitadas y los sectores que fueron relegados por muchos años.

Asimismo, se puso en marcha el programa para apoyar a la pequeña y mediana ganadería sustentable, que beneficiará a productores de Tabasco, Chiapas y Campeche. Con ello se busca tanto aumentar la producción de carne y leche como mejorar la calidad de vida de los ganaderos, al proporcionarles animales de alta calidad genética.

Estas medidas no son simples promesas de campaña, sino parte de un proyecto bien estructurado en el contexto del segundo piso de la Cuarta Transformación, que responde a la necesidad de terminar con la dependencia alimentaria de México, apoyando a las y los campesinos, con miras a instaurar una nueva era y alcanzar la soberanía en este ámbito.

 

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