A solo una semana de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el expresidente Donald Trump se vio envuelto en una polémica tras las acusaciones de haber elogiado a Adolf Hitler. En un mitin en Atlanta, el republicano desmintió rotundamente ser un “nazi” y rechazó la caracterización de fascista que le atribuyó su exjefe de gabinete, John Kelly.
En un intento por desmarcarse de estos señalamientos, el expresidente afirmó que los demócratas usan tales acusaciones como estrategia electoral. “La nueva línea de Kamala Harris es que todos los que no votan por ella son nazis. Somos nazis”, declaró, dirigiéndose a sus seguidores en un tono desafiante. “No soy un nazi”, subrayó Donald Trump.
Por su parte, la vicepresidenta respaldó los comentarios de Kelly y calificó a su rival de admirador de dictadores, mientras reafirmó el peligro que supone el liderazgo republicano. A esto se suma una reciente controversia, donde el humorista Tony Hinchcliffe hizo afirmaciones despectivas sobre Puerto Rico y los latinos, lo que generó un fuerte rechazo en amplios sectores de la sociedad.
Te podría interesar: OTAN pide detener el despliegue militar norcoreano en Rusia
Las elecciones del 5 de noviembre están cargadas de emociones y divisiones, con cada bando intensificando sus ataques y afirmaciones en un clima político donde la desinformación y el extremismo parecen haber tomado el centro del escenario.
leo