Fervor. Con representaciones a escala y acompañados por sus familias, los devotos desbordaron la avenida Hidalgo para bendecir sus figuras de yeso y cumplir sus mandas por los milagros concedidos a lo largo del año.
Foto: Gabriela Morales | Fervor. Con representaciones a escala y acompañados por sus familias, los devotos desbordaron la avenida Hidalgo para bendecir sus figuras de yeso y cumplir sus mandas por los milagros concedidos a lo largo del año.  

Con platillos de comida regalados y figuras de yeso en los brazos, fieles de San Judas Tadeo acudieron a la Iglesia de San Hipólito, en el centro de la capital, para agradecer los milagros a su santo.

Personificados como el santo de las causas imposibles o con representaciones a escala, creyentes de San Judas peregrinaron al templo ubicado en avenida Hidalgo para orar y agradecer los favores concedidos.

A orillas del templo, Leslie repartió más de 150 tortas y 80 botellas de agua como agradecimiento por el nacimiento de su bebé, luego de presentar complicaciones en su embarazo.

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“Tuve un embarazo de alto riesgo, mi bebé fue prematura, entonces venimos a dar gracias de que estamos bien las dos y salió bien mi bebé. Trajimos 150 tortas, como en 10 minutos se acabó todo”, compartió a 24 HORAS.

Motivado por su fe y tras un año de sobriedad, Pablo repartió más de 500 tacos de canasta como parte de una encomienda.

“Yo soy alcohólico, tuve que jurar un año con mi San Juditas, me cumplió el año. El alcohol me quitó muchas cosas… y esta es mi forma de dar gracias”, explicó.

Desde los 4 años, Jessica y sus padres se trasladan de Atizapán, en el Estado de México, hasta el templo de San Hipólito para celebrar a San Judas y ahora, con 27 años, acude al recinto para agradecer por su embarazo.

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“Tengo fe en él desde que soy niña. Hace un año yo le pedí tener un bebé porque no podía y gracias a él mi bebé está aquí. Vengo con mi niña para dar gracias”, expresó.

Otra historia de veneración a este santo es de la señora Alicia, quien refirió estar agradecida por sus milagros.

“Soy creyente, me ha hecho milagros. El año pasado me iban a operar por estas fechas, le pedí, le tuve mucha fe y me hizo el milagro de que todo saliera bien. La gente cada año regala comida, dulces, escapularios”, comentó.

Otra devota compartió que le agradece de seguir con vida luego de sufrir dos infartos cerebrales y como parte de su conmemoración, preparó más de tres kilos de guisados para regalar.

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Con motivo de la celebración anual, la Policía de la Ciudad desplegó un operativo con 250 uniformados para el apoyo vial y resguardo de feligreses.

Elementos de tránsito realizaron cortes a la circulación para evitar el congestionamiento vehicular, así como garantizar la movilización de peatones y ciclistas en la zona.