Ante la insolencia del nuevo líder nacional del PAN, Jorge Romero de retar a la Presidenta de la República, Claudia Sheinbaum, al darle una sola oportunidad para que aproveche el ofrecimiento de diálogo con el PAN, debemos preguntarnos dos cosas: la primera ¿existe el PAN?; la segunda, ¿es líder legítimo del PAN el nuevo presidente?

Lo que se autodenomina la segunda fuerza electoral el país, en términos reales no tiene fuerza en ninguna de las dos cámaras, gobierna sólo cuatro estados, ha perdido el registro en Tabasco y está a punto de perder su registro por falta de militantes.

Para empezar Jorge Romero carece de legitimidad como líder del PAN, al no haber votado el 75 por ciento de los 300 mil anunciados insistentemente, según versión de su única contrincante, en la contienda, Adriana Dávila. Ella afirma que hubo acarreo para que no se vieran tan desangeladas las casillas, por eso dieron resultados hasta las nueve de la noche, habiendo prometido informar a la militancia minutos después de las seis de la tarde, hora en la que cerraron las casillas.

Según el padrón del INE de agosto de 2023, son 277,665. De ese tiempo a la fecha han salido muchos más de los que se han incorporado, de hecho, podríamos afirmar que desde hace más de un año no tiene nuevos militantes Acción Nacional, pero sí muchas deserciones. El padrón electoral en México creció considerablemente en un año, y esto deja sin registro al PAN.

Para el INE el PAN sólo rebasa con 31,395 militantes el mínimo para conservar su registro a nivel nacional.

Adriana Dávila, contrincante de Jorge, captó poco más del 20 por ciento de los votos emitidos, es decir, 13,883, y el gran ganador, el líder del cártel inmobiliario, obtuvo 55,534 votos, en todo el país, menos de la quinta parte que debiera legitimar su liderazgo, sobre todo, habiendo sólo dos concursantes.

Si Jorge Romero habla como delincuente acorralado es porque lo es. En su momento se dijo perseguido político porque afirmaba que las denuncias como el jefe del cártel inmobiliario las iniciaron desde el gobierno de la Ciudad de México, cuando en realidad quienes lo denunciaron a él y a los alcaldes de su partido en Benito Juárez, fueron las víctimas de las corruptelas que arrojaron consecuencias fatales.

Los procesos penales caminan y seguramente se olvida que ser líder de un partido político no implica tener fuero, de tal manera que el alarde de líder de pandilla callejera tendrá que repetirlo tras las rejas. Por su culpa murieron personas.

Romero habla desde el limbo político, en el territorio de la nada, ahí condujeron los ciudadanos al PAN en las más recientes elecciones, nunca se han acercado a la población ni lo harán, aunque digan que ahora sí se darán sus baños de pueblo.

Desconoce los niveles de la política, pero, sobre todo, el respeto a las mujeres, a partir de esa posición de cinismo lanza el reto a la Presidenta, quien sí tiene apoyo social, con 36 millones de votos. Debe recordar el imberbe líder que, en las elecciones pasadas, la alianza opositora obtuvo 16 millones de votos, repartidos en tres partidos. Esos votos no fueron  consecuencia de las simpatías de los partidos o de su candidata sino del descontento social que existe en toda democracia, de tal suerte, que, siendo generosos con el PAN, le tocan apenas cinco millones, equivalente a menos de la sétima parte de los obtenidos por una Presidenta que sabe perfectamente quién es el nuevo líder de ese partido, al que llamó jefe del cártel inmobiliario, lleno de personas con cuentas pendientes con la justicia y sólo para citar algunos ahí está: Francisco García Cabeza de Vaca, Margarita Zavala, Mariana Gómez del Campo, Marko Cortés, Santiago Taboada, Enrique Vargas, Ricardo Rubio, Renán Barrera, Santiago Creel, Luis Vizcaíno, René Aridjis, Felipe Calderón, Javier Lozano, Christian Von Roehrich, Lilly Téllez, Vicente Fox, entre otros muchos.

Este es el PAN, con datos duros, con realidades tangibles y con cifras oficiales. Es decir, el PAN no es nada y Jorge Romero no es nadie para amenazar con incendiar el país.

PEGA Y CORRE.- El exlíder nacional del PAN, Marko Cortés declaró que está en España para entrevistarse con el candidato perdedor en las elecciones de Venezuela y coordinar un golpe de Estado contra Nicolás Maduro… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.