RÉGIMEN. La falta de transparencia en las elecciones de Venezuela y las críticas a la gestión de Maduro subrayan la dificultad de llegar a un acuerdo legítimo.
Foto: Especial RÉGIMEN. La falta de transparencia en las elecciones de Venezuela y las críticas a la gestión de Maduro subrayan la dificultad de llegar a un acuerdo legítimo.  

En los días posteriores a las elecciones presidenciales de 2024 en Estados Unidos, fuentes cercanas al gobierno de Nicolás Maduro revelaron que mantienen conversaciones con miembros del equipo de transición de Donald Trump. Estos diálogos, ocurridos en privado, exploran posibles caminos para Venezuela, particularmente en cuestiones migratorias y económicas

De acuerdo a las fuentes citadas porThe Washington Post, el autócrata venezolano está dispuesto a trabajar con Trump, al señalar su interés en un acuerdo centrado en la autorización de vuelos de deportación de venezolanos. Sin embargo, el chavista también dejó claro que, a cambio, requiere medidas que ayuden a mejorar la economía de su país, como un incremento en las exportaciones de petróleo.

A pesar de esta apertura, la postura del republicano y su equipo parece firme en cuanto a las condiciones para cualquier acuerdo. Fuentes cercanas al equipo de transición, citadas por el medio estadounidense, fueron tajantes al afirmar que Maduro debe “salir del poder” mediante una transición democrática, una posición que se distancia de las ofertas de Maduro.

El gobierno de Biden intentó, sin éxito, negociar una transición democrática en Venezuela durante el último año, pero los esfuerzos fracasaron tras la celebración de unas elecciones presidenciales en julio que fueron ampliamente criticadas. Maduro se declaró vencedor sin permitir un escrutinio transparente, mientras que los observadores independientes señalaron múltiples irregularidades. Tras el fraude electoral, EU impuso algunas sanciones, pero permitió que Chevron continuara sus operaciones en el país, lo que fue criticado por los opositores.

En medio de este escenario, varios países, incluyendo Italia y Argentina, reconocieron a González Urrutia como “presidente electo” de Venezuela, alineándose con la oposición en su reclamo por un cambio democrático. El gobierno de EU también dio un paso en esta dirección, al reconocer al diplomático como líder legítimo de la nación sudamericana.