El peso específico actual del Partido Acción Nacional (PAN) ha quedado reducido a su más mínima expresión. Y el más claro ejemplo de ello lo podemos tomar con lo ocurrido en septiembre pasado, cuando el tabasqueño Adán Augusto López Hernández, el máximo operador obradorista en la Cámara Alta, le hizo manita de puerco a los traicioneros Miguel Ángel Yunes Linares y Miguel Ángel Yunes Márquez para que votaran a favor de la reforma al Poder Judicial. Todos sabemos cuáles fueron las cartas que jugó Adán Augusto para doblegar y someter a los Migueles. Los convocó en lo oscurito para mostrarsélas y al grito de coopelas o cuello a este par no le quedó más remedio que agachar la cabeza.

Pero no crean que los Yunes son los únicos panistas con cola que les pisen.

Hay muchos, muchísimos más…

Y eso lo sabe muy bien el senador mexiquense Enrique Vargas del Villar, quien desde ya (vayan ustedes a saber bajo qué oscuros intereses) está cabildeando al interior del grupo parlamentario albiazul para que sus otros 20 compañeros de partido se pongan flojitos y cooperando en lo referente a la reforma constitucional de prisión preventiva próxima a presentarse y votarse en la Cámara Alta. Se dice que don Adán Augusto ya le está respirando en la nuca a varios senadores del PAN, entre ellos al propio Vargas del Villar y al exgobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, quien ya decidió poner pies en polvorosa y solicitó licencia.

El acercamiento de Adán Augusto con Vargas del Villar tiene mucho sentido, ya que al expresidente municipal de Huixquilucan, Estado de México, le saben de varios esqueletos en el clóset y que esa fue la razón por la que impuso a su esposa Romina Contreras Carrasco como alcaldesa. La persuasión política tiene muchos puntos finos y el extitular de la Secretaría de Gobernación nos está demostrando que él sabe utilizarla a la perfección para favorecer a la 4T.

Igualmente, entre los asesores y consultores de los legisladores panistas, tanto en el Senado como en San Lázaro, se asegura que dentro de la negociación para apoyar a Morena y aliados en la votación y aprobación de la reforma constitucional de prisión preventiva se incluye una tregua definitiva para enterrar el tema del cártel inmobiliario de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México y que involucra al flamante dirigente nacional del Partido Acción Nacional (PAN), Jorge Romero Herrera, a quien definitivamente le vendría muy bien arrancar su gestión al frente del albiazul con un gigantesco tanque de oxígeno.

No cabe duda que la política es el arte de saber tragar sapos sin hacer gestos, ¿verdad?

 

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