A las puertas de la funeraria dónde fue velada la primera actriz Silvia Pinal, se congregó la prensa nacional, amigos y admiradores de la diva de la época de oro del cine nacional.

La despedida de “la última diva” estuvo marcada por emociones intensas y un gran despliegue de cámaras, micrófonos y reporteros.

La jornada inició temprano. A las 9:40 de la mañana llegó Rafael Herrerías, quien confirmó su presencia en el homenaje que se le rendirá a la Diva en Bellas Artes. Un gesto de respeto hacia una figura que definió generaciones enteras de la cultura mexicana.

Entre quienes compartieron recuerdos, Eugenia Cauduro resaltó la humildad y vitalidad de Silvia Pinal, a quien calificó como “una mujer llena de vida”.

Por su parte, Luis Gatica expresó: “Se nos va la última diva, se le va a extrañar… hay que llevarla en el corazón”. Con voz emocionada, invitó a todos a recordar su vasta trayectoria en teatro, cine y televisión, un legado que “nadie más ha tenido”.

El evento no estuvo exento de situaciones tensas. Luis Enrique Guzmán, hijo de Silvia Pinal, llegó a la funeraria en motocicleta, intentando sin éxito evadir a los medios. En un instante que dejó ver la presión del momento, rodeados por cámaras, exclamó:

“¡Déjenme pasar, es el día de mi madre, carajo!”. Su llegada encapsuló la compleja y tumultuosa relación que puede surgir entre las figuras públicas y los medios.

El productor Morris Gilbert, cercano a Pinal, pidió recordar su “existencia increíble” y destacó su calidez, su amistad y resiliencia: “Era una mujer muy cálida, siempre de buen humor, en las buenas y en las malas.”

La presencia de actores como José Elías Moreno y Arlette Pacheco resaltó la huella indeleble que dejó Silvia Pinal en el gremio. Moreno la describió como “una mujer que dio muchísimo”, mientras que Pacheco compartió el recuerdo de su última foto con la diva, tomada hace unos meses atrás.

Leticia Calderon, por su parte, la describió como una figura inigualable: “haciendo mil cosas, dedicándose al teatro, las telenovelas, los shows, y siendo mamá… se entregó en todos los sentidos”.

El silencio de sus hijas al arribar al lugar, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán, reflejó la solemnidad del momento. Aunque ausentes de declaraciones, su presencia fue un testimonio del amor y respeto hacia la matriarca.

La despedida de la última diva del cine de oro mexicano no sólo cierra un capítulo en la historia del espectáculo, sino también en el corazón de México.

Su legado vivirá en los escenarios, las pantallas y en el recuerdo de quienes la admiraron. El homenaje en Bellas Artes será un tributo final a la diva que, con su vida y obra, definió a la cultura mexicana.

Este se llevará a cabo este sábado a partir de las 11:00 horas; sin embargo, la carroza fúnebre saldrá de San Jerónimo a las 9:30 aproximadamente para recorrer las avenidas San Jerónimo Eje 10 Sur, Universidad, Eje 8 Popocatépetl, Eje Central Lázaro Cárdenas hasta el máximo recinto de la cultura y las artes de Mexico, el Palacio de Bellas Artes en Av, Juárez.