Labor. El autor Javier Munguía aclaró que su libro no está basado en el testimonio de alguien, ni siquiera en el de la propia víctima, sino en la investigación.
Foto: Especial | El autor Javier Munguía aclaró que su libro no está basado en el testimonio de alguien, ni siquiera en el de la propia víctima, sino en la investigación.  

 

A pocos meses de cumplirse el aniversario 19 del Caso Cumbres en Monterrey, el escritor sonorense Javier Munguía, volvió a la escena del crimen para tratar de desmenuzar qué sucedió en aquella tragedia donde murieron asesinados los hermanos María Fernanda y Erik Azur, en un caso que conmocionó al país y que creo una gran confusión.

Para Munguía, la historia es clara, Diego Santoy Riverol actuó sólo: “Es la historia de un novio celoso, despechado, que ingresa a la casa de la exnovia, mata a sus hermanitos, somete a la empleada doméstica, Catalina, y después agrede a Erika hasta casi matarla”

En el Caso Cumbres editado por el sello Aguilar se trata de dar claridad al caso para esa porción de la sociedad que sigue confundida y ofuscada.

“Al principio de la historia estaba muy clara, pero después sufrió una distorsión duradera que confundió a la sociedad”, refirió el escritor entrevistado por 24 HORAS.

Te puede interesar: Operativo Enjambre sigue en pie contra funcionarios corruptos: Cristóbal Camarillo

Pruebas y datos del Caso Cumbres

Detalló que las tres sentencias condenatorias de Diego Santoy fueron en distintos años: 2010, 2012 y 2021, y todas concluyen en su culpabilidad.

“Todas las pruebas que yo revisé del expediente, aunado a la cobertura periodística que le dieron al caso apuntaba a Diego como único responsable.

Sin embargo, hay una porción de la sociedad que piensa que Erika Peña Cos fué cómplice, porque así intentó hacerlo creer la propia defensa de Santoy”.

Versión que según el investigador fue creída a pesar de no contar con ningún respaldo, ni tampoco evidencias.

Te puede interesar: Responde Sheinbaum a Norma Piña: “es falso que haya habido acoso”

“Entonces me parece muy importante mostrarle a los lectores todos los elementos que se recopilaron y mostrar cómo fue este caso, que no fue como se los han contado”.

La historia cambió meses después cuando entró la defensa de la abogada Silvia Raquenel Villanueva (asesinada tiempo después en una plaza de Monterrey)”. 

“Con Raquenel se empieza a vender otra historia y que fue gradual, empiezan a sugerir que hay otro culpable, que hay otro cómplice hasta que el primero de abril de 2006, poco menos de un mes después de los hechos, Santoy da su declaración preparatoria y la cambia tratando de implicar a Erika”.

Involucrados en caso

Javier Munguía destacó en su libro las entrevistas con personas del Caso Cumbres, incluyendo a la víctima Erika Peña Coss, a quien dedicó un capítulo, expresando su incomprensión por la cruel y frívola reacción de la sociedad hacia ella.

“Es de no entenderse el porqué una sociedad le da crédito a un asesino… Si hubiera pruebas si hubiera algo que realmente implicará a la familia Peña Coss se entendería, pero no las hay”.

Munguía aclaró que su libro sobre el Caso Cumbres y la muerte de los hermanos Peña Coss se basa en la investigación, no en testimonios, ni siquiera de la víctima.

“Pocos casos criminales del México reciente son tan conocidos y a la vez mal comprendidos, incluso distorsionados por los medios de comunicación y seudo investigadores de las redes, como el ataque de Diego Santoy a la familia Peña Coss, ocurrido el 2 de marzo de 2006, en la colonia Cumbres, de Monterrey”, dijo Javier Munguía.

En 2021, la casa del brutal crimen fue demolida durante la pandemia de Covid-19, debido a la alta demanda de youtubers que la visitaban para invocar a los niños Peña Coss y realizar sesiones de espiritismo.