Actualmente, admitir cualquier nexo con Los Zetas es causa de detención, investigación criminal o incluso la muerte; sin embargo, en el pasado daba orgullo, estatus y reconocimiento dentro de la sociedad veracruzana.
Al menos así lo reconoció el secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Arturo Bermúdez Zúrita, quien hace unos días, durante una reunión con empresarios, dijo que hasta hace poco en Veracruz “ser cuate o amigo de los Zetas era motivo para presumirlo en la sociedad”.
El funcionario estatal reconoció que esa organización criminal se había incrustado por igual entre los empresarios reconocidos de la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río, y mujeres, taxistas y jóvenes.
El responsable de la frase sobre el orgullo de conocer a un zeta es funcionario de esa entidad desde el sexenio de Fidel Herrera Beltrán –acusado de presuntos nexos con esa organización delictiva -, cuando fue coordinador del Centro Estatal de Control Comando Comunicaciones y Computo (C4).
Y aunque Bermúdez responsabiliza a los anteriores sexenios del fenómeno de violencia provocada por el narco en el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, la escalada más alta de ejecuciones múltiples, extorsiones, homicidios de ex alcaldes, desapariciones de ediles y homicidios contra periodistas han sido la constante del actual gobierno estatal.
Los datos sobre ejecuciones en la administración de Duarte de Ochoa comenzaron el 1 de diciembre de 2010, justo el día que tomó posesión. Desde entonces y hasta su primer año de gobierno dan cuenta de un aumento exponencial de crímenes, pues en 2011 fueron 490, mientras que en 2010 se registraron 51.
Las multiejecuciones
El tiradero de cadáveres sorprendió a Boca del Río el 20 de septiembre del año pasado, cuando fueron hallados 35 cadáveres con huellas de tortura en esa demarcación conurbada con el puerto de Veracruz.
El 6 de octubre de ese mismo año, elementos de la Secretaría de la Marina encontraron un total de 37 cadáveres en tres domicilios.
Y en noviembre hubo otro hallazgo en la zona norte de esa entidad, en el municipio de Tampico El Alto, donde fueron encontrados 10 cuerpos.
Para el 12 de junio de este año, la escena de muerte se trasladó al norte del estado, en la zona limítrofe con Tamaulipas, sobre la carretera a El Álamo, donde fueron localizados al menos 14 cadáveres, además de otros restos humanos.
Estos asesinatos se le atribuyeron a la delincuencia organizada y, por los territorios donde se registraron, las autoridades federales afirmaron que se trataba de líderes de plazas de Los Zetas.
En este sentido, de acuerdo con datos del gobierno estatal, en los últimos 23 meses las extorsiones, el cobro de derecho de piso, las gasolineras que operan como parte del lavado de dinero y otros giros relacionados con esa organización criminal, han aumentado de forma considerable.
El nivel de violencia que ha alcanzado esa entidad provocó que el 4 de octubre la Secretaría de Gobernación y el gobierno estatal anunciaran el Operativo Veracruz Seguro, del cual forman parte las policías locales, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Armada.
Y si bien las acciones de ese operativo han arrojado la captura de presuntos jefes zetas, la violencia ahora ya no tiene foco en Veracruz y en Boca del Río. En los últimos tres meses la disputa es en la zona norte de esa entidad, en Xalapa y en la parte limítrofe con Oaxaca.
Hoteles de federales, el nuevo blanco
En las últimas dos semanas, la Policía Federal ha sido el principal blanco de ataques en La Laguna por parte del narcotráfico. En Torreón, Coahuila, suman cinco los atentados en este lapso, que van desde balacear el hotel del destacamento hasta abatirlos a tiros.
El saldo es de dos agentes muertos y cinco lesionados.
La mayor parte de los ataques ha sido en el hotel donde han estado destacamentados desde hace más de tres años.
El quinto ataque se registró el pasado lunes por la noche en esa ciudad conurbada con Gómez Palacio y Lerdo, Durango. El atentado ocurrió afuera del hotel Palacio Real y dejó un policía federal muerto. Los hombres armados dispararon en contra de dos agentes que se encontraban recargados en un vehículo oficial.
Además del agente que fue muerto, un hombre de 59 años fue atropellado y muerto en medio del enfrentamiento. Otros dos policías de transito también resultaron heridos.
El pasado jueves hubo otro ataque también contra integrantes de esa corporación, con un saldo de un policía federal muerto y dos más heridos.
Cinco días antes, el 19, se registró otro ataque en esa misma ciudad contra elementos de esa corporación federal. En esa ocasión el saldo fue de dos civiles lesionados, quienes se encontraban en una banca del centro de esa ciudad y resultaron con impactos de bala.
Los otros dos ataques ocurrieron el martes 16, también en el Hotel Palacio Real, y después a las 22:25 horas otro grupo armado disparó contra agentes federales. El saldo fue de tres agentes federales heridos, un policía estatal herido y dos civiles lesionados.
Informes oficiales revelan que de diciembre de 2006 a diciembre de 2011, la Policía Federal reportó 437 elementos muertos, heridos y desaparecidos por combates contra el crimen organizado.
Los datos indican que 314 agentes han resultado muertos, 82 heridos y 41 permanecen en calidad de desaparecidos.
Particularmente en Coahuila, han sido heridos un total de 37 policías federales heridos y dos más permanecen como desaparecidos.
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