Dentro del equipo de la Presidenta existe una postura que explicaría la forma en que Claudia Sheinbaum ha respondido serena al presidente naranja.

Aunque Donald Trump no tiene un contrapeso internacional y lo sabe, por eso desde el primer día en el gobierno mostró una posición autoritaria e intransigente hacia distintos países, sí tiene uno interno y muy poderoso: los poderes fácticos que se han fortalecido con la mano de obra migrante.

Pero además de los poderosos que requieren de ese trabajo, están los propios trabajadores que han comenzado a organizarse, y que incluso mostrarán su fuerza en una manifestación a la que se está convocando para el 30 de enero en Washington; la principal exigencia será que se mantenga la aseguranza médica a los migrantes sin documentos.

En su arranque, Trump no sólo puso fin al uso de la aplicación CBP One para hacer citas para solicitar el ingreso a EU; adelantó la declaración de emergencia nacional en la frontera para activar el uso de recursos y personal del Pentágono para evitar el paso sin documentos al territorio estadounidense; y suspendió las páginas Web en español de la Casa Blanca… Pero conoce el peso de los migrantes en la economía estadounidense.

Por ejemplo, son responsables del 88 por ciento del crecimiento de la fuerza laboral; tan sólo en el caso de los mexicanos, hay 6.9 millones trabajando en Estados Unidos. Deportar de golpe a todos los mexicanos que laboran en ese país resultaría en un desplome de entre 500 mil millones y un billón de dólares, lo que representa entre 2 y 3 por ciento del PIB de Estados Unidos.

Y más allá del peso de los migrantes, el tema de los aranceles también es, como se dice en México, darse un balazo en el pie, pues entraríamos en un círculo vicioso que afectaría finalmente a los consumidores estadounidenses.

Por lo pronto, el Gobierno mexicano presentó y explicó las medidas para recibir a nuestros paisanos que sean deportados con albergues, centros de atención, autobuses y alimentos, y apuesta a que el contrapeso interno funcione.

 

#LoboSapiensSapiens

Garduño no se quiere ir

Dentro del gobierno de Sheinbaum hay quienes no saben cómo sacar del cargo a Francisco Garduño Yáñez. Para ellos es un lastre del que tienen que prescindir, porque hace más daño de lo que aporta.

Su sustituto, Sergio Salomón Céspedes, ya fue nombrado, pero no ha asumido. De hecho, hasta fue presentado ante los cónsules y embajadores por el canciller, Juan Ramón de la Fuente, en los primeros días de enero como el titular designado por la Presidenta… pero Francisco Garduño, quien enfrenta un proceso legal por la muerte de 40 migrantes en una estación migratoria de Ciudad Juárez, se ha aferrado y no se quiere ir.

¿Por qué? Según sus palabras, porque a él le dijo el expresidente Andrés Manuel López Obrador que no deje el cargo, y que si tienen alguna duda, que le vayan a preguntar. Es poco creíble que le haya dicho AMLO eso, pero nadie quiere ir a preguntarle y por lo pronto permanece en el cargo… Además, aunque quisieran corroborar con el tabasqueño si es cierto o no, la verdad es que nadie lo ha visto, más que su familia.

 

      @chimalhuacano

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