No tenemos una encuesta nacional sobre adicciones desde 2017 y tampoco la tendremos de aquí en un buen tiempo. El día de ayer, La Jornada reveló que la encuesta sobre adicciones planeada para publicarse en agosto se repetirá por errores en la metodología.
No es un error cualquiera. Llevamos ocho años sin conocer el problema de las adicciones a nivel nacional. Sólo tenemos información fragmentaria. En principio, la encuesta sobre adicciones debió publicarse en 2022. El gobierno se enfrentó desde entonces a una serie de amparos estratégicos para obligar al Estado a realizar la encuesta cuanto antes.
Fue en 2023 cuando el gobierno federal anunció la realización del estudio. En junio de ese año, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que la encuesta ya se estaba desarrollando a cargo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt) y del Consejo Nacional de Salud Mental y Adicciones (Consama).
Ayer, sin embargo, se supo que los datos de la encuesta no eran congruentes con estudios anteriores y, por tanto, el secretario de salud David Kershenobich ordenó repetir el estudio, aunque esta vez a cargo del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP). Su publicación, si bien nos va, será hasta el siguiente año.

En los últimos años hemos visto numerosas campañas contra las drogas tanto en escuelas como en medios de comunicación. Me parece muy bien. Hace apenas dos semanas inició la campaña “El fentanilo mata”. A lo largo de su gobierno, AMLO declaró en varias ocasiones la importancia de prevenir el consumo de drogas, sobre todo las sintéticas como el fentanilo. No obstante, me temo que, sin la encuesta, el gobierno federal careció de información suficiente. Jamás se supo, por ejemplo, cuál fue la base que llevó a Obrador a afirmar en 2020 que el 60 por ciento de los homicidios dolosos se cometían por personas que estaban bajo los efectos de alguna droga. Quizá el dato esté por ahí y yo no lo busqué correctamente…

¿Por qué seguimos sin esa información? No creo que sea por miedo. El gobierno está seguro de que sus estrategias han funcionado. Sin duda, los resultados de la encuesta no van a evidenciar que los programas de becas o el de Jóvenes Construyendo el Futuro no han sido exitosos. ¿Se imaginan? Eso sería terrible. Los casi 200 mil millones de pesos que se invierten en esos programas al año no habrían servido de mucho. En todo caso, es una cuestión técnica, no el miedo a saber. 

(Y hay que decir, en honor a la verdad, que los gobiernos de Calderón y de Peña tampoco fueron especialmente expeditos a la hora de publicar la encuesta de adicciones).

Sapere aude

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana

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