Canadá abre un nuevo capítulo político con la elección de Mark Carney como líder del Partido Liberal, tras la dimisión de Justin Trudeau. Carney, exbanquero con amplia experiencia en gestión económica, arrasó en la contienda interna con un 85.9 por ciento de los votos, frente al ocho por ciento obtenido por Chrystia Freeland.
En su discurso de victoria en Ottawa, Carney dejó clara su postura ante la guerra arancelaria con Estados Unidos: "No podemos permitir que Trump gane", afirmó, al enfatizar la necesidad de fortalecer la economía y redefinir las relaciones comerciales con Estados Unidos. "En mi gobierno mantendremos los aranceles hasta que EU nos muestre respeto", advirtió.
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Con 59 años, Carney asumirá el cargo de primer ministro en los próximos días, una vez concluya la transición de poder y se conforme su gobierno.
El Partido Liberal llega a este punto tras un periodo de desgaste político. La inflación y la crisis de vivienda lo dejaron 20 puntos detrás de los conservadores en enero. No obstante, las encuestas recientes reflejan un repunte: Carney cuenta con un 43 por ciento de apoyo frente al 34 por ciento del conservador Pierre Poilievre.
Consecuencias de Transición
La salida de Trudeau, anunciada en enero tras casi una década en el poder, dejó al partido en una posición incierta. Su legado, marcado por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y políticas progresistas, quedó opacado por el descontento económico. En su despedida, defendió sus logros y llamó a la unidad.
Carney, quien dirigió tanto el Banco de Canadá como el Banco de Inglaterra, busca la construcción de cuatro millones de viviendas y la eliminación del impuesto al carbono. Aunque su falta de experiencia parlamentaria es vista por expertos en Canadá como una posible desventaja, sus seguidores lo consideran una oportunidad para un enfoque renovado.
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Las elecciones generales, previstas para octubre pero con posibilidad de adelantarse, definirán el rumbo del país. Mientras tanto, Carney enfrenta el reto de unificar a su partido y consolidar su liderazgo en un electorado dividido.
El factor Trump añade tensión al escenario político. El expresidente estadounidense ha intensificado su retórica contra Canadá, al llegar a sugerir que debería convertirse en el "estado 51" de la Unión Americana.
