Graves incidentes se registraron frente al Congreso Nacional argentino durante una protesta de jubilados que contó con la inusual participación de barras de fútbol y militantes. Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad dejaron detenidos, gases lacrimógenos y un clima de tensión en el centro de la capital del país sudamericano.
La jornada comenzó como una manifestación habitual de jubilados, quienes cada miércoles reclaman por la caída de su poder adquisitivo, agravada durante el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, esta vez, aficionados de al menos 30 clubes de fútbol, junto a organizaciones sociales y sindicales, se sumaron a la movilización. La presencia de las barras cambió el tono de la protesta, lo que derivó en violentos choques con la policía.
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Los manifestantes cortaron la Avenida Rivadavia y desafiaron los cordones policiales. La situación escaló rápidamente: se lanzaron piedras, gases lacrimógenos y balas de goma, mientras un carro hidrante intentaba dispersar a la multitud. Al menos detuvieron a dos personas, según confirmó la AFP.
Protesta contra Milei tiene momento crítico
Uno de los momentos más críticos ocurrió cuando un periodista de una televisora local es increpado y agredido por manifestantes mientras cubría los hechos. El cronista, vestido de traje gris claro, ha sido rescatado por la Policía Federal bajo insultos y empujones. Los agresores insistieron en que no eran "barras bravas", aunque su presencia marcó el clima de confrontación.
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La protesta también tuvo un componente simbólico. Desde la semana pasada, cuando aficionados de Chacarita defendieron a un jubilado gaseado, las barras de clubes como River Plate, Boca Juniors, Racing e Independiente decidieron unirse a la causa. Un video de Diego Maradona, en el que el astro criticaba la falta de apoyo a los jubilados, se viralizó y sirvió como estandarte para los manifestantes.
La tensión frente al Congreso refleja el malestar social en Argentina, donde las políticas económicas de Milei han generado fuertes críticas. Mientras los jubilados exigen mejoras, las barras de fútbol, tradicionalmente asociadas a la violencia, han encontrado en esta lucha un nuevo frente de batalla.
