El presidente de Colombia, Gustavo Petro, afirmó que los disidentes de las FARC operan como un "ejército privado" al servicio de cárteles mexicanos del narcotráfico. En un mensaje publicado en la red X, el mandatario aseguró que combatir a estos grupos es un asunto de "soberanía nacional", tras el ataque que dejó cinco soldados muertos en el Cañón del Micay, una zona clave para la producción de cocaína.
El vínculo entre disidentes y cárteles mexicanos
Petro señaló que la facción guerrillera responsable del ataque, conocida como la columna "Carlos Patiño", está al servicio de la mafia mexicana. Este grupo, que rechazó el acuerdo de paz de 2016 con las FARC, ha sido acusado de mantener vínculos con organizaciones criminales internacionales.
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Según el presidente, los disidentes no solo controlan el tráfico de drogas, sino que también instrumentalizan a campesinos cocaleros para mantener su influencia en la región.
La estrategia del gobierno colombiano
El mandatario colombiano aseguró que la misión del gobierno es recuperar el control del Cañón del Micay y frenar el apoyo de los campesinos a estas "fuerzas extranjeras". La región, ubicada en el suroeste del país, es un enclave estratégico para la producción y exportación de cocaína hacia Centroamérica y Estados Unidos.
El ejército privado de los carteles mexicanos en el cañón del Micay ha respondido con la mayor de las brutalidades en Balboa, Micay, matando a los soldados que llevaban parte del puente para el campesinado.
La destrucción de la columna narcotraficante Carlos Patiño, es hoy una… https://t.co/xjcE0NjL9p
— Gustavo Petro (@petrogustavo) March 12, 2025
Petro también vinculó al Ejército de Liberación Nacional (ELN) con el cártel de Sinaloa, al destacar la creciente influencia de organizaciones mexicanas en el narcotráfico colombiano.
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Evidencias de la conexión mexicana
Durante un recorrido de la AFP en la zona, se observaron referencias a México en la vestimenta de los habitantes y en establecimientos comerciales con nombres como "Sinaloa". Además, se reportó la presencia de narcocorridos, un género musical que exalta a los capos del narcotráfico.
Estas señales refuerzan la tesis de Petro sobre la infiltración de cárteles mexicanos en Colombia, un fenómeno que amenaza la estabilidad y soberanía del país.
