Andrés Manuel López Obrador firmó ayer, como representante de Morena, y junto con 25 organizaciones campesinas, el “Plan de Ayala para el siglo XXI”, e hizo un llamado a reposicionar al campo mexicano como un asunto de prioridad nacional.

 

En Ayoxuxtla, Puebla, el candidato presidencial de la izquierda y las organizaciones firmantes manifestaron la necesidad de construir un nuevo pacto social para el campo con el fin de acabar con la crisis que enfrenta el sector agrícola.

 

Hicieron el compromiso de pugnar por el fortalecimiento “de la propiedad social de la tierra y los recursos territoriales de ejidos, comunidades, pequeños propietarios y pueblos originarios, revirtiendo la reforma agraria salinista”.

 

Entre las organizaciones firmantes se encuentran el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social, la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo, la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras, el Frente Democrático Campesino de Chihuahua, el Movimiento Agrario Indígena Zapatista y la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales.

 

En sus compromisos los firmantes demandan también el reconocimiento de los derechos, autonomía y capacidad de manejo sustentable de los recursos naturales por las comunidades campesinas e indígenas del país.
En siete puntos, los firmantes expresaron su compromiso de “alcanzar la soberanía alimentaria, el derecho a producir nuestros propios alimentos, el derecho al trabajo, el derecho a no migrar y el derecho humano a una alimentación sana, suficiente y culturalmente apropiada”.
Señalan que se promoverá como política de Estado la agroecología, el manejo comunitario sustentable del agua y los demás recursos naturales, así como la protección de la biodiversidad.
El antepenúltimo compromiso subraya que se reconocerá el carácter multifuncional de la agricultura y de la gestión de los territorios rurales, promoviendo el desarrollo integral, a partir del control, auto organización y manejo de las comunidades campesinas, indígenas y de pequeños propietarios.

 

En el último, las organizaciones campesinas se comprometieron a “ser portadores y portadoras de un nuevo modelo de relaciones humanas y de civilización, basado en el respeto y el amor a todas las personas, el cuidado de la naturaleza, la primicia del interés general sobre el provecho individual”.