El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum no tendrá pretextos para ofrecer resultados en el combate a la inseguridad en el país, luego de que en el Senado se aprobó por mayoría su Estrategia de Seguridad Pública, a pesar de las deficiencias que presentaba el documento.
Morena y sus rémoras, además de la mayoría de la bancada panista (solo votaron en contra Marko Cortés y Lilly Téllez), avalaron la estrategia defendida casi casi en familia por el secretario de Seguridad Omar García Harfuch.
Salvo el PRI, que previo a la comparecencia en Comisiones y durante la misma había señalado las inconsistencias del documento, el resto de los partidos cayeron bajo el embrujo de García Harfuch.
Bueno, hasta el polémico senador blanquiazul, expresidente municipal de Huixquilucan, Enrique Vargas, terminó su participación emocionado y deseándole a García Harfuch “que Dios bendiga su trabajo’’.
Y si, porque aparentemente sin la ayuda divina, resolver el problema de la inseguridad en el país será imposible.
El razonamiento de los panistas para votar a favor de la Estrategia, es que había que contribuir “con un voto de confianza’’ a dicho plan, pues los electores podrían reclamarles que solo se dedicaban a criticar y a no hacer nada.
Francisco Ramírez Acuña explicó que la noche previa a la comparecencia de García Harfuch la bancada tomó la decisión de votar a favor del documento pues, además, ello les daría autoridad para poder hacer reclamos si la estrategia no funcionaba.
“No es un cheque en blanco’’, justificó el exgobernador de Jalisco, pero en lo hechos la bancada albiceleste la validó.
Ello conllevará también una parte de responsabilidad, a la hora de evaluar los resultados; el PAN parece decidió pagar ese costo.
El PRI fue congruente con sus críticas a la Estrategia, a la que consideró un listado de buenos deseos, pero sin metas claras, más allá de las generalidades obvias, como la coordinación entre la Federación y los estados o el uso de la inteligencia policial.
A la hora de la votación, la bancada tricolor lo hizo en contra, no solo porque, justificó su dirigente, Alejandro Moreno, el documento carecía de sustento estadístico, sino porque hasta el momento, la estrategia de seguridad aplicada desde la anterior administración ha sido un desastre para el país.
****
Las autoridades laborales deberían voltear la mirada a lo que ocurre en el Sindicato Nacional Alimenticio y del Comercio, Similares y Conexos de la República Mexicana (SNAC), que dirige (es un decir) Alejandro Martínez Araiza.
El líder está acusado por sus afiliados de haber utilizado el patrimonio sindical en beneficio propio, con acciones probablemente constitutivas de delitos.
Desde su nombramiento en 2019 y hasta el año pasado, Martínez Araiza ha utilizado los fondos del SNAC con un evidente uso discrecional de las cuotas y sin rendir cuentas a los trabajadores del gremio.
De acuerdo con documentos que tienen los trabajadores de varias empresas afiliadas a esa representación sindical, el domicilio fiscal del SNAC está en un lugar de lujo, la Torre Omega, un exclusivo edificio residencial y de oficinas, ubicado en Campos Elíseos 345, Polanco, en la Alcaldía Miguel Hidalgo.
Una oficina demasiado lujosa para un sindicato que está formado por trabajadores que ganan en promedio 15 mil pesos mensuales y aportan entre un 2 y un 3% de sus salarios para que funcione su representación laboral.
¿Quién pompó? ¿De las cuotas?
@adriantrejo
