Barack Obama ganó la relección, pero en su próximo periodo no lo tendrá más fácil para cumplir con sus planes de gobierno.
Si bien el demócrata obtuvo una amplia ventaja de votos electorales (303 contra 206 de su rival, el republicano Mitt Romney, con 29 por definirse), su victoria no se replicó en las dos cámaras que componen el sistema legislativo de Estados Unidos.
La Cámara de Representantes (“the house”, como se le conoce en inglés) quedó con una mayoría absoluta de los republicanos, pese a que perdieron tres curules que se fueron a los demócratas. En la siguiente legislatura, en cualquier caso, habrá 233 representantes del partido del elefante (es decir, republicanos), y sólo 193 del partido del burro (demócratas, de la misma agrupación que el presidente Obama). Es en esta cámara en la que el mandatario ha tenido más problemas a la hora de concretar sus iniciativas. La renovación del sistema de salud fue reducida a una mínima parte del proyecto original, y la reforma integral de migración ni siquiera fue un tema.
En tanto, en el Senado (donde cada dos años se elige a una tercera parte de sus integrantes) habrá 54 escaños para los demócratas, que ganaron un asiento respecto de la legislatura pasada. Y para los republicanos quedarán 45, que perdieron dos sitios. Además, habrá un independiente que no representará ninguna diferencia. Es en esta cámara donde el Presidente se buscará apoyar, pero la labor política tiene que incluir a la colegisladora si quiere ver concretado cualquier proyecto.
El recién relegido presidente Obama instó ayer al Congreso a que forje “soluciones bipartidistas” para los problemas económicos del país. Al repasar la agenda para lo que resta de 2012, Obama reiteró su compromiso para “encontrar soluciones bipartidistas a la reducción de nuestro déficit de forma equilibrada, recortes de impuestos para las familias de clase media y pequeños negocios, y para crear empleos”, difundió la Casa Blanca.
En las 11 gubernaturas que se decidían ayer, el mapa quedó casi igual. La única diferencia es, justamente, a favor del Partido Demócrata. Carolina del Norte era gobernada por un republicano y ahora habrá alternancia. Dakota del Norte, Indiana, Utah eran gobernados por republicanos y el nuevo mandatario también proviene de ese partido. Delaware, Misuri, Montana, New Hampshire, Vermont, Virginia Occidental y Washington tendrán continuidad con los demócratas.