El Caribe mexicano enfrenta una crisis ambiental: ocho de cada diez cenotes presentan algún nivel de contaminación, principalmente debido al crecimiento urbano desordenado y a la débil aplicación de normativas ambientales, advierten especialistas y activistas, quienes alertan sobre el riesgo de perder uno de los sistemas de cuevas y aguas subterráneas como cenotes más importantes del mundo.
Quintana Roo cuenta con más de tres mil 500 cenotes y al menos mil 800 kilómetros de ríos subterráneos explorados, entre ellos, las dos cuevas inundadas más largas del planeta. Sin embargo, la expansión descontrolada de la mancha urbana y la ausencia de infraestructura adecuada de drenaje están provocando una degradación acelerada del frágil ecosistema kárstico.
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“La situación es alarmante. Hemos nadado literalmente en drenaje. Cuevas hermosas, con especies endémicas, están siendo contaminadas por aguas negras”, denunció Roberto Rojo García, biólogo y representante de la asociación Cenotes Urbanos, quien ha documentado el deterioro durante sus exploraciones subterráneas.
HALLAN RESTOS DE ESTUPEFACIENTES
El impacto no se limita a los cuerpos de agua dulce. Las filtraciones también alcanzan el mar Caribe, lo que afecta directamente al Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), el segundo más grande del mundo.
De acuerdo con el experto, investigaciones recientes han encontrado en estas aguas rastros de sustancias como cocaína, cafeína, nicotina y otros compuestos farmacéuticos, lo que compromete gravemente la salud del ecosistema marino y de actividades económicas clave como el turismo y la pesca.
Explicó que, a pesar de que los Programas de Ordenamiento Ecológico Locales (POEL) deberían frenar estos impactos, han sido sistemáticamente postergados o ignorados. Mientras tanto, el desarrollo urbano continúa sin una planificación efectiva, lo que agrava la situación ambiental de la región.
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A esta problemática se suma el efecto del Tren Maya, particularmente en su tramo 5 sur. Según el también ambientalista, la colocación de al menos 15 mil pilotes ha afectado más de 125 cavernas, contaminado los acuíferos, debilitado el suelo y provocado pérdidas irreversibles en el patrimonio natural y cultural.
FEDERACIÓN RECONOCE DAÑOS
Aunque el Gobierno federal reconoció algunos daños, Rojo García dejó en claro que las acciones de mitigación resultaron insuficientes: no cumplieron con la reforestación prometida y realizaron los estudios de impacto ambiental de forma inadecuada y tardía.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha anunciado un plan de restauración integral que incluirá el retiro de infraestructuras innecesarias, la mejora de pasos de fauna, la reforestación y la regeneración de selvas y manglares degradados, con la participación de comunidades locales. Sin embargo, aún no se han detallado fechas ni presupuestos concretos para iniciar estas acciones.
Rojo García y diversas organizaciones civiles como Sélvame del Tren exigen reformas legales urgentes que garanticen la protección del territorio kárstico, así como la conservación de los recursos hídricos subterráneos, entre ellas recordó las cuatro iniciativas que recién ingresaron al Congreso local.
