Si la obesidad y el sobrepeso representan importantes riesgos para la salud de la población en general, más aún para los menores diagnosticados con la llamada diabetes infantil o tipo 1, quienes pueden desarrollar una diabetes “doble” y complicar su tratamiento.

 

Leticia García, jefa del Departamento de Endocrinología del Hospital Infantil Federico Gómez, indicó que de los 362 niños que atiende el nosocomio, 15% tiene diabetes “doble”, también llamada mixta o 1.5, y la cifra va en aumento.

 

Según cifras oficiales, en el país 479 mil menores padecen diabetes tipo 1, por lo que ante la incapacidad de su páncreas de producir insulina deben aplicársela; sin embargo, cuando presentan problemas de peso están en riesgo de desarrollar al mismo tiempo el tipo 2 –la variante más común entre los adultos-, que los hace resistentes a dicha hormona.

 

Un estudio realizado en 2009 por la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo indica que los niños diabéticos no están exentos de desarrollar obesidad; cuando este problema se desencadena se enferman “doblemente”.

 

De acuerdo con García la variante 1.5 se conoce desde hace 20 años, pero desde hace una década se nota un incremento asociado con los problemas de obesidad y sobrepeso que tiene México, y que a su vez han desencadenado el tipo 2.

 

Estos pequeños deben atenderse con insulina y medicamentos, como la metformina, para mantener contralada su enfermedad y no presentar complicaciones en la vista, las extremidades inferiores o daños renales. GABRIELA RIVERA

 

NIÑOS DIABÉTICOS, NIÑOS SANOS

 

A pesar de lo complejo de la enfermedad, los menores diabéticos viven casi como los compañeros de su edad. La principal diferencia, explica la doctora García, es que llevan una dieta balanceada, comen a sus horas, hacen ejercicio y evitan el consumo de azucares, que son acciones que deberían hacer todos los menores.

 

El diagnóstico de la enfermedad a una edad temprana, incluso desde el nacimiento, no impide que desarrollen cualquier actividad. Hay alpinistas, nadadores profesionales, artistas, deportistas y hasta participante de Miss Universo con esta enfermedad, señaló.

 

La especialista reconoció sin embargo que existen prejuicios y discriminación, principalmente entre los adultos. “No los dejan hacer deportes porque temen que se pongan mal; no les exigen en la escuela porque dicen ‘tiene diabetes, pobrecito’; las mamás les dicen a los hijos que no se junten con el otro niño porque si le pasa algo lo van a culpar; o cuando se enferman y faltan mucho tiempo a la escuela los dan de baja para que regresen el próximo año”.

 

En cambio, sus compañeros o amigos preguntan sobre la enfermedad, los apoyan y se preocupan por ellos, narró García.

 

CAMBIO DE HÁBITOS

 

La noticia de la enfermedad nunca es fácil, el involucramiento de la familia permite entender y sobrellevar la enfermedad, cuenta Paulina Gómez, directora de comunicación social de la Fundación Chespirito, y madre de una adolescente con diabetes tipo 1.

 

Para María Edith Solano, madre de Daniela, de 10 años, quien hace cuatro años fue diagnosticada con la enfermedad, los hábitos alimenticios y las rutinas cambian y trascienden al círculo familiar.

 

“Uno se hace más consciente de la comida y hasta del ejercicio. De lo que nos dicen aquí los doctores, nosotros se lo platicamos a mi suegra o a mí mamá, y eso a ellos les ha servido para cambiar algunos hábitos. Lo que aquí nos han enseñado con Dany, trasciende a la familia”, comentó.

 

OMS: tres millones morirán este año por diabetes

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó hoy que de los 350 millones de personas que padecen diabetes, este año morirán más de tres millones por el “envejecimiento de la población y la globalización de estilos de vida no saludables” .

 

La cifra de muertes podría llegar a 4.8 millones de diabéticos para 2030, un aumento de 60% respecto a las cifras actuales.

 

En el marco del Día Mundial de la Diabetes que se conmemora el 14 de noviembre, la OMS señaló que 80% de las personas que padecen la enfermedad viven en los países en desarrollo, en donde no pueden ser diagnosticadas a tiempo, arriesgándose a sufrir un infarto, derrame cerebral y fallo renal.

 

Con la globalización la diabetes se ha convertido en una cuestión relacionada con el desarrollo, en la que los pobres “afrontan un riesgo desproporcionado, con familias enteras que se ven orilladas a una situación de pobreza aún mayor” , dijo en un comunicado el secretario general de Naciones Unidas (ONU) , Ban Ki-moon.

 

“La diabetes afecta a los recursos de los sistemas nacionales de salud y amenaza con revertir los avances logrados con muchos esfuerzos en países de pequeños y medianos ingresos”, indicó.

 

“Gobiernos de todo el mundo luchan para proteger a sus ciudadanos de los factores que incrementan el riesgo de diabetes, que incluyen una dieta no saludable, la inactividad física y el abuso de alcohol. Muchos gobiernos afrontan también el desafío de facilitar información oportuna, el tratamiento y el cuidado necesarios”, agregó.

 

En septiembre de 2011, la Asamblea General de la ONU reconoció la diabetes, entre otras enfermedades no transmisibles, como desafíos globales en materia de sanidad y desarrollo.

 

En mayo pasado, la OMS se fijó el objetivo de reducir 25% la mortalidad prematura a causa de estas dolencias para el año 2025. NTMX