Siete de cada diez adolescentes de la capital mexicana rechazan la legalización de las drogas y proponen el impulso a actividades deportivas, culturales y artísticas para contrarrestar su consumo, según los resultados de una consulta divulgados hoy.
La Consulta Juvenil sobre Adicciones en el Distrito Federal, elaborada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones del Gobierno capitalino, revela que casi un 32 % de adolescentes avalan la legalización de estas sustancias.
Al presentar los resultados de la consulta, en la que participaron más de seis mil adolescentes de secundaria y bachillerato, el rector de la UNAM, José Narro, destacó que ésta información permite conocer las opiniones de los jóvenes para analizar el problema del consumo de estupefacientes.
La reciente legalización de producción, venta y consumo de la marihuana en dos estados de Estados Unidos generó posiciones encontradas en México, un país que desde diciembre de 2006 libra una cruenta lucha contra los carteles de las drogas con la participación de miles de soldados y policías federales.
“Esta decisión le resta autoridad moral a Estados Unidos para plantearle a cualquier país restricciones en términos de droga” y obliga a replantear la actual estrategia antidrogas, afirmó ayer el presidente mexicano, Felipe Calderón, en una entrevista con Milenio Televisión.
Este es un debate complejo “porque cualquier decisión de política pública en esta materia tiene consecuencias serias, algunas muy negativas, otras que potencialmente puedan ser positivas. La clave es poner en la balanza todos esos elementos para juzgar”, apuntó.
En la encuesta, el 56 % de los jóvenes de la capital recomiendan a los padres mantener contacto con sus hijos, estar atentos y llevar una buena relación para evitar el consumo de drogas e identificar a los adolescentes en riesgo e integrarlos a un programa contra las adicciones.
Entre las causas del inicio en el consumo de sustancias ilegales están los “problemas en casa que no pueden resolver, estar tristes, preocupados o enojados; sentirse solos e incomprendidos, y por gusto, curiosidad o para probar qué se siente”.
“Se requiere saber más de los jóvenes de México, pero también conocer más desde la perspectiva de ellos, lo que ven y entienden como temas de su interés, los problemas que les preocupan, y las soluciones que plantean”, indicó Narro.