WASHINGTON. El escándalo que causó la renuncia del director de la CIA, David Petraeus, puso en suspenso el nombramiento del general John Allen, jefe militar de EU en Afganistán, como comandante aliado supremo en Europa por presuntos vínculos con el caso, aunque hacia la media tarde de ayer el presidente Obama le dio un espaldarazo al mantenerle su confianza.
El vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, señaló que Obama valora el trabajo del general y “tiene fe” para que continúe comandando las tropas en Afganistán, mientras está siendo investigado por el Departamento de Defensa.
Estaba previsto que el general Allen compareciera el jueves en una audiencia en el Senado para discutir su postulación como comandante aliado supremo en Europa, pero el presidente Obama anunció que quedaba en suspenso pendiente de esta investigación.
Según los primeros datos revelados por la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Allen mantuvo “comunicaciones inapropiadas” con Jill Kelley, la mujer que dijo haber recibido correos electrónicos amenazantes de la amante de Petraeus, Paula Broadwell.
En esos correos, enviados desde una cuenta anónima, Broadwell instaba a Kelley a poner fin a su comportamiento “demasiado amable” hacia Petraeus, al parecer porque sentía celos de ella.
La investigación la inició un agente del FBI amigo de Kelley, a quien ésta contó en mayo que había recibido correos amenazantes anónimos, asunto que el agente derivó a la Unidad de Delitos Cibernéticos del FBI que comenzó a tirar de los hilos del escándalo.
Los supervisores del agente del FBI amigo de Kelley que inició la investigación, descubrieron que se había “obsesionado” con el caso y en verano le prohibieron continuar vinculado a la investigación, según el diario The Wall Street Journal.
Después de ser excluido del caso, el agente puso al corriente del asunto al congresista republicano del estado de Washington David Reichert, ante el temor de que el FBI decidiera no continuar con las indagaciones.
Entre las pesquisas, varios agentes del FBI registraron la casa de la amante de Petraeus en Charlotte (Carolina del Norte), aunque se desconocen los propósitos exactos del registro.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, reveló que ordenó la apertura de una investigación sobre Allen, en la que, según el diario The New York Times, el Pentágono está revisando entre 20 mil y 30 mil páginas de documentos relacionados con el caso, muchos de ellos correos electrónicos.
Un nuevo protagonista
El general John R. Allen, pertenece al Cuerpo de Infantería de Marina y su grado de reconocimiento es el máximo, es decir, de cuatro estrellas. Tiene 58 años de edad y asumió en julio de 2011 el mando de las fuerzas de Estados Unidos y de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad en Afganistán, como sucesor del general David Petraeus.
Allen ha sido nominado para ser comandante aliado supremo de la OTAN en Europa a partir de 2013 en espera de la confirmación por parte del Senado. La recomendación para que ocupe ese puesto la hizo el secretario de Defensa Leon Panetta al presidente Obama.
Cuando Obama anunció su nominación el pasado octubre aseguró que confiaba “personalmente” en su consejo y bajo su mando se habían logrado “importantes avances” para derrotar al grupo terrorista Al Qaeda y restaurar la seguridad en Afganistán. EFE