Después de 78 días de paro de actividades y más de 10 horas de discusión, las partes involucradas en el conflicto de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) siguen discutiendo en torno a la legalidad del Tercer Consejo Universitario.

 

Aleida Gaspar, vocera del Consejo Estudiantil de Lucha (CEL), que mantiene tomados los planteles, explicó que no pueden reconocer el trabajo que ha realizado el consejo -la máxima autoridad universitaria- porque entonces tendrían que aceptarlo oficialmente.

 

Por su parte otro lado, Carlos Arriaga, secretario técnico de la UACM, aseguró que el tema del consejo no está a discusión porque se constituyó de manera legal y está reconocido por el cuerpo de académicos universitarios, incluidos “los notables”, el grupo de profesores conformado en la anterior mesa de diálogo que se instaló para vigilar los acuerdos entre los paristas y la rectoría.

 

Después de pasar la madrugada del martes dentro del recinto de la Asamblea Legislativa, los involucrados lograron ponerse de acuerdo en siete de los nueve puntos propuestos para la negociación. Sin embargo, el tema del Consejo Universitario mantiene el cierre de los planteles.

 

CONSEJO “ESPURIO”

 

Los miembros del CEL no reconocen a los integrantes del nuevo Consejo, al que consideran “espurio”, debido a que –según afirman-, no se respetaron los resultados de la votación de julio pasado y terminó conformado por los allegados a la rectora, Esther Orozco.

 

Al respecto, Gaspar informó que ayer por la noche se reunirían estudiantes, académicos y administrativos del CEL para analizar los puntos propuestos. En caso de no estar de acuerdo, la asamblea elaborará una contrapropuesta que presentarán este jueves.

 

Se espera que hoy se establezca nuevamente la mesa de diálogo en la Asamblea –donde participa la Comisión de Derechos Humanos, las secretarías de Educación y Gobierno del DF, y los asambleístas-, para llegar al acuerdo que ya les urge a las dos partes, según dijeron los representantes.

 

EBRARD, AL MARGEN

 

Este miércoles, Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, dijo ayer que la renuncia de la rectora Esther Orozco, como lo han solicitado los paristas y la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), no es una decisión que le corresponda.

 

“No creo que sea ese el problema, la verdad. Y en todo caso una decisión de esa naturaleza no la debiera tomar el Jefe de Gobierno, el Consejo Universitario de la Universidad Autónoma toma todas las decisiones, todas y es el que debe resolver ese conflicto”, afirmó el mandatario local.

 

El discurso de la ruptura

 

El reconocimiento público del “descalabro educativo” de la UACM, por parte de la rectora Esther Orozco a través de un desplegado publicado a principios de abril de 2011, marcó la ruptura definitiva entre varios sectores de la comunidad universitaria.

 

La publicación -los días 4 y 5 de abril de ese año en dos diarios de circulación nacional, con un costo para la UACM de 226 mil pesos- se interpretó entre una parte de la comunidad uacemita como una decisión a título personal al no haber consultado al Consejo Universitario.

 

El llamado “movimiento en defensa de la autonomía de la universidad” demandó de inmediato la renuncia de la rectora, o la puesta en marcha en el Consejo Universitario del procedimiento de revocación de mandato.

 

Dicho movimiento se gestó ante el intento de la Comisión de Educación de la ALDF de modificar, unos días antes, la ley de Autonomía de la UACM, al considerar que dichos ajustes beneficiaban a la rectoría al otorgarle mayores facultades para hacer contrataciones de personal de confianza y abrir la posibilidad de su relección.

 

En el documento dirigido no sólo a la comunidad universitaria y a la opinión pública, también a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, Orozco hizo un diagnóstico de lo que ella consideró un “fraude educativo” para los estudiantes (que hasta agosto pasado sumaban casi 15 mil, cuando al inicio de su gestión, en mayo de 2010, sumaban 10 mil 200).

 

En ese texto y tras casi un año de resultar electa para ocupar la rectoría de la UACM, Orozco evidenció los “magros logros” de la universidad en su primera década de vida al señalar que en ese lapso sólo 47 alumnos se titularon y más de cinco mil habían sobrepasado el tiempo para cursar una carrera.

 

Pero el diagnóstico que indignó a la comunidad universitaria fue más allá. La rectora señaló que el estudio evaluó el Coeficiente de Desempeño Académico (CDA) de cada alumno, es decir, la relación entre la situación actual del estudiante, dividida entre lo que se espera de él, de acuerdo con el número de materias que debe certificar por año.

 

Según los resultados publicados 52% de los estudiantes inscritos entre 2001 y 2009 y activos hasta 2011 tenían un CDA menor a 2.5 en una escala del 0 al 10, y sólo alrededor de 15% estaba por encima de 5.0.

 

La mitad de los 10 mil 697 estudiantes analizados entonces tenía una permanencia en la UACM mayor al período suficiente para cursar su carrera una vez y algunos tenían ya casi dos o 2.5 períodos cumplidos o por cumplir “y les falta trecho”.

 

Respecto a los profesores, la publicación refirió que estaban “aceptablemente bien pagados”, con un sueldo bruto de 39 mil pesos mensuales, sin diferencias por preparación o por experiencia, y 90% de ellos de tiempo completo, aunque algunos indebidamente contaban con “un tiempo completo más en otras instituciones”; no obstante, la propia rectora reconocía que la institución carecía de una estructura que permitiera reconocer su trabajo.

 

Tras la publicación, la comunidad universitaria recriminó a la rectora haber descalificado el modelo que permitió acceder a 10 mil alumnos a la educación media superior. Incluso, una tercera parte pidió su renuncia.

 

Al no renunciar Orozco, quien sólo pidió una disculpa pública, se desató una guerra interna entre los orozquistas y los opositores con cierres, paros de actividades y manifestaciones que se han sucedido hasta ahora.