Jill Kelley, la mujer cuya denuncia por ciberacoso llevó al FBI a destapar el escándalo amoroso del ex director de la Agencia Central de Inteligencia(CIAS, por sus siglas en inglés), David Petraeus, visitó la Casa Blanca tres veces en los últimos meses, informó hoy el diario Politico.
Kelley y su hermana gemela asistieron a comidas “de cortesía” con un miembro del personal de la Casa Blanca no identificado en dos de esas tres ocasiones, de acuerdo con un funcionario de la residencia presidencial citado por el rotativo.
El 28 de septiembre las hermanas Kelley estuvieron desayunando en el comedor del personal de la Casa Blanca y el 24 de octubre también.
En ambos casos fueron invitadas por un miembro del personal de la Casa Blanca al que habían conocido en la base aérea MacDill, cerca de Tampa (Florida), el hogar de las Kelley.
Los empleados de la Casa Blanca pueden llevar invitados a su comedor y sus nombres aparecen en el registro de visitantes que el Gobierno hace público cada tres meses.
Además, el pasado 4 de noviembre, cinco días antes de que saliera a la luz el escándalo, Kelley, su marido, su hermana y otros familiares hicieron una visita guiada abierta al público por los jardines de la Casa Blanca.
Kelley originó el destape del escándalo al denunciar a un amigo suyo de la Agencia Federal de Investigaciones (FBI) que había recibido correos electrónicos anónimos amenazantes, que más tarde se descubrió que procedían de Paula Broadwell, quien mantuvo una relación sentimental con Petraeus.
Después se vio implicada personalmente al descubrirse que el Pentágono ha iniciado una investigación al general John Allen, comandante en jefe de las tropas aliadas en Afganistán, por supuestas “comunicaciones inapropiadas” con ella.
El FBI investiga entre 20 mil y 30 mil documentos, la mayoría correos electrónicos, entre Kelley y Allen, cuya nominación como próximo comandante supremo de la OTAN en Europa ha quedado en suspenso.