En México, el consumo privado (que refleja cuánto gastan las familias en bienes y servicios) mostró señales de debilidad durante julio y agosto de 2025, pues de acuerdo con las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el gasto de los hogares cayó en dichos meses y no logró recuperarse.
El Indicador Oportuno del Consumo Privado (IOCP), que adelanta los resultados del Indicador Mensual del Consumo Privado (IMCP), reportó que en agosto hubo una variación anual de -0.7% y, en términos mensuales, el dato se mantuvo en 0.0%, es decir, sin cambios respecto a julio, donde el retroceso fue mayor, también -0.7% anual, pero con una baja de 0.7% mensual frente a junio.
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Esto significa que los hogares están gastando menos o, en el mejor de los casos, lo mismo que meses anteriores, pero sin señales de recuperación, ya que de acuerdo con el Inegi, el índice se ubicó en 110.7 puntos en julio y agosto, nivel que refleja estancamiento.
El freno al consumo tiene explicación en varios factores: un mercado laboral formal más débil que limita el ingreso disponible de las familias, menor flujo de remesas, y la persistencia de precios altos que reducen el poder adquisitivo.
Para entenderlo de forma sencilla: una familia que en agosto de 2024 gastaba alrededor de $15,000 pesos al mes en alimentos, transporte, educación y servicios, este 2025 apenas pudo gastar $14,895 pesos, es decir, 105 pesos menos.
Aunque el ajuste parezca pequeño, implica que dejan de pagar una parte del recibo de luz, renuncian a una salida al cine o sustituyen un producto de mayor calidad por otro más económico. Multiplicado por millones de hogares, el impacto se refleja en menores ventas para los negocios y un freno a la economía en su conjunto.

EFECTO EN CADENA
El consumo privado es clave porque representa la mayor parte de la demanda interna, es decir, el motor principal que mueve a la economía mexicana.
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Cuando las familias reducen o mantienen su gasto al mismo nivel, las empresas venden menos, producen menos y contratan menos personal, lo cual genera un efecto en cadena que puede presionar la actividad económica y, eventualmente, influir en decisiones de política económica, como ajustes en las tasas de interés o medidas para incentivar la demanda.
Cabe recordar que en junio, el consumo había crecido 0.8% mensual, gracias sobre todo a los bienes importados, que subieron 4.9%, mientras que los de origen nacional permanecieron sin cambios y los servicios retrocedieron ligeramente (-0.1%).
Sin embargo, el repunte fue temporal, ya que el verano mostró un nuevo freno.
El IOCP funciona como una herramienta que permite a autoridades, empresas e inversionistas anticipar estos escenarios y prepararse con semanas de ventaja, ya que su publicación ocurre hasta siete semanas antes del cálculo oficial del IMCP.