Líderes del mundo se reúnen esta semana en la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Lo hacen en medio de un escenario internacional complejo, en el que las guerras, la pobreza y las crisis de los derechos humanos siguen presentes. Pero entre todos los temas hay uno que atraviesa fronteras, ideologías y generaciones: el cambio climático.
El calentamiento global no distingue entre naciones ricas o pobres. Sus efectos ya se sienten en cada rincón del planeta: sequías prolongadas, huracanes más intensos, inundaciones devastadoras, pérdida de biodiversidad y migraciones forzadas. Está en juego la vida de millones de personas que ven amenazados derechos tan básicos como el de acceso al agua, a la alimentación, la vivienda y la salud.
La Asamblea General de la ONU y la Cumbre sobre el Clima 2025, son más que encuentros diplomáticos; representan un llamado urgente a la acción, una advertencia de que el reloj ambiental no se detiene y de que el tiempo para corregir el rumbo se agota. El reto es inmenso y requiere coordinación global, porque ningún país puede enfrentarlo por sí solo.
En este escenario, México ha alzado la voz con una postura firme y propositiva. La presidenta Claudia Sheinbaum, especialista en medio ambiente y doctora en ingeniería en energía, colocó el tema climático en el centro de la agenda nacional. Su visión es clara: la lucha contra el cambio climático no solo se trata de mitigar emisiones, sino de construir un modelo de desarrollo justo, sostenible y competitivo.
Bajo su liderazgo, México actualizó, en 2025, la Estrategia Nacional de Cambio Climático, con el enfoque Visión 10-20-40. Este instrumento busca guiar la transición hacia una economía sustentable y de bajas emisiones de carbono, con programas estratégicos en energía limpia, movilidad sustentable, producción agroecológica e infraestructura resiliente.
La propuesta de crear una plataforma de inversiones sobre clima y desarrollo es otro ejemplo de este compromiso. Al igual que iniciativas similares de Brasil y Sudáfrica, busca convertir el reto ambiental en una oportunidad: empleos verdes, innovación tecnológica y bienestar social.
La Presidenta lo expresó con claridad: “El cambio climático requiere de una respuesta global. Para disminuir la temperatura a la que ya avanzó el planeta, tiene que haber un esfuerzo de todos los países”.
El próximo gran reto será la Conferencia de las Partes (COP30) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se realizará en noviembre próximo, en Belém, Brasil, donde se espera que los compromisos asumidos en estos foros se traduzcan en acciones concretas. Para México será una oportunidad de reafirmar que somos parte de la solución y que estamos listos para liderar en la región.
Los desafíos son enormes, sí. Pero también lo es la oportunidad de transformar nuestra economía y nuestras naciones en clave de sostenibilidad.