La FIFA dio a conocer el Trionda, el balón que utilizarán en el próximo Mundial 2026, el cual se llevará a cabo en Estados Unidos, México y Canadá.
El Trionda cuenta con características innovadoras de su diseño y rinde un homenaje a los tres países sedes de la Copa Mundial de la FIFA.
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"Ya tenemos aquí el precioso balón oficial de la Copa Mundial de la FIFA 26. Me alegra y me enorgullece presentar el Trionda. La marca Adidas ha creado un nuevo y emblemático balón mundialista, cuyo diseño encarna la unidad y la pasión de los países anfitriones del torneo del año que viene: Canadá, México y Estados Unidos. Estoy deseando ver los primeros goles con esta maravillosa pelota. La cuenta atrás para el Mundial más grande de la historia está en marcha, y el balón ya ha echado a rodar", dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
De acuerdo con la FIFA, la llegada de este elemento aviva más la expectación de cara a la vigesimotercera edición de la Copa Mundial y se anticipa a los importantes períodos internacionales de octubre y noviembre, en los que más países confían en sellar su pase al torneo, y al sorteo final de la Copa Mundial de la FIFA 26, que tendrá lugar en Washington D. C. el próximo viernes 5 de diciembre.
¿Cómo es el Trionda?
El nuevo balón de la FIFA para el Mundial 2026, cuenta con un diseño del esférico presenta un patrón rojo, verde y azul, que rinde homenaje a los tres países anfitriones. En tanto, tiene una construcción a partir de cuatro paneles con fluidas figuras geométricas que reproduce las ondas a las que hace referencia su nombre.
Los paneles confluyen para formar un triángulo en el centro del balón, en referencia a la histórica unión de los tres países anfitriones.
El balón está adornado con una iconografía que representa a cada país anfitrión, hojas de arce de Canadá, el águila de México y estrellas de Estados Unidos. Los destellos dorados son un homenaje al trofeo de la Copa Mundial de la FIFA y recalcan la importancia del escenario que brinda la competición principal de la organización.
Además, el esférico incluye varias innovaciones destacadas para mejorar el rendimiento. Su composición, a partir de cuatro paneles, incorpora unas costuras deliberadamente profundas. De este modo, se conforma una superficie que le confiere una estabilidad óptima cuando se desplaza por el aire, pues garantiza una excelente resistencia aerodinámica que se distribuye de manera uniforme.
Asimismo, los gráficos estampados en relieve, mejoran la adherencia al golpear o conducir la pelota bajo la lluvia o en situaciones de mucha humedad. A nivel tecnológico, incluye un sensor de movimiento de 500 Hz de última generación, que proporciona información de cada elemento. Esta tecnología envía datos precisos al sistema VAR en tiempo real, lo que ayuda a los árbitros en la toma de decisiones, entre ellas, las relativas a los fueras de juego.

Historia de los balones de los Mundiales: Primera y segunda etapa
La fabricación de los balones marco un antes y un después para las Copas del Mundo tras la creación del Fevernova, un balón exclusivo para Corea y Japón 2022.
Sin embargo, se podría decir que hay tres etapas para los balones mundialistas. Desde Uruguay 1930 hasta Inglaterra 1966, se utilizó un balón de cuero y vejiga animal, como los principales materiales.
La segunda etapa llegó en México 70, cuando la modernidad llegó a los mundiales gracias a la marca Adidas. En este torneo debutó el Telstar, un balón de 32 gajos de cuero blanco y negro. Cuatro años después, en Alemania 1974 se mejoró el Telstar con su nuevo diseño, el Telstar Durlast.
Para Argentina 1978 se creó el Tango Durlast con un diseño que perduró hasta 1998. En México 86, salió a la luz La Azteca; mientras en Italia 90 se desarrolló el Etrusco. En Francia 1998, se creó el Tricolore.

Un antes y un después en los balones
La tercera etapa, como se comentó anteriormente, comenzó en Corea-Japón, ya que el Fevernova marcó un antes y un después para los balones mundialistas. Ya que este balón incorporó tres capas tejidas, lo que permitió una alta precisión en el vuelo.
En Alemania 2006, el Teamgeist tuvo 14 paneles sellados -eliminado los 32 gajos y las costuras-, lo que redujo la resistencia al aire y aumentó la velocidad del balón. En este Mundial, se hicieron pelotas únicas para cada partido, pues contenían la inscripción de los equipos y la fecha del encuentro.
Para Sudáfrica 2010 llegó uno de los balones más controvertidos de la historia, el Jabulani. Su diseño redujo el número de paneles a 8, disminuyendo las hendiduras y la resistencia al aire. Su característica provocó que el balón tomará direcciones impredecibles cuando lo pateaban, lo que motivó a jugadores y entrenadores a criticarlo y ponerle el mote de "el balón más esférico de la historia".
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Cuatro años después, en Brasil 2014, se introdujo La Brazuca, un balón que contaba como característica la facilidad para su control y dirección. Con lo cual se dejó de lado los fantasmas que dejó el Jabulani.
El Telstar 18 sorprendió en Rusia 2028, pues tenía incorporado un microchip en una de sus capas, para permitir recabar datos de los partidos en tiempo real. Su diseño clásico se fusionó con la tradición y la tecnología.
El último balón presentado -antes del presentado este día- fue el Al Rihla para Qatar 2022. Esta pelota estaba diseñada con 20 paneles para la optimización de su precisión y la estabilidad en vuelo.