A un año de la muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, nuevas revelaciones y documentos judiciales arrojan luz sobre lo ocurrido durante su última estancia en Buenos Aires.
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El cantante británico llegó a Argentina a finales de septiembre acompañado por el empresario Rogelio Nores, quien se presentó ante el personal del hotel como su asistente y mánager.
Según el expediente judicial, Nores conocía el estado de intoxicación y vulnerabilidad de Payne, pero no pidió asistencia médica. Aunque aseguró que solo era su amigo, la Fiscalía lo acusó primero de abandono de persona y después de homicidio culposo, aunque resultó absuelto en febrero de 2025.
Durante su visita, Payne buscaba renovar su visa estadounidense y aprovechó para asistir al concierto de su excompañero Niall Horan. Sin embargo, su comportamiento comenzó a deteriorarse. En el hotel CasaSur, donde se alojaba, pidió a Nores “un número de confianza” para conseguir drogas y consumió alcohol desde temprano, según testigos.
El día de su muerte, varios empleados lo describieron como “exaltado”, “tambaleante” y “en evidente mal estado”; rompió muebles, bajó varias veces a la recepción y finalmente perdió el conocimiento en un sillón.
Dos empleados, Gilda Agustina Martín y Esteban Reynaldo Grassi, lo trasladaron a su habitación y esperaron unos minutos afuera; poco después, Payne cayó desde el balcón del tercer piso.
Acusados en el caso de Liam Payne
La Fiscalía consideró que el personal debió mantenerlo en un área segura y pedir ayuda médica inmediata. Aun así, Martín, Grassi y Nores quedarn exculpados en febrero, tras apelaciones de la Fiscalía.
Los únicos imputados que enfrentarán juicio son Braian Nahuel Paiz y Ezequiel Pereyra, acusados de venderle estupefacientes. Paiz, camarero en un restaurante de Puerto Madero, reconoció haberle entregado drogas, pero aseguró que fue un regalo. Los jueces descartaron su versión y determinaron que ambos formaban parte de una red dedicada a la venta de narcóticos.
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El padre del cantante, Geoffrey Payne, señaló que su hijo había dejado su teléfono personal para evitar recaídas y confiaba en Nores para comunicarse y mantenerse sobrio.
“Era una persona vulnerable y no lo ayudaron, lo dejaron solo”, lamentó Valeria Riosa, representante del grupo de fans Forever LP Latam, que aún mantiene un altar en honor al artista en el lugar donde perdió la vida.