Abigail Lechuga vive el dolor más profundo al haber perdido a su madre, María Magdalena, no encontrar el cuerpo de su hijo, Liam Tadeo, de seis años, y ver al mayor, Gael Guadalupe, devastado porque el río los arrastró la semana pasada tras las fuertes lluvias que azotaron la Sierra Negra.
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La joven madre reconoció que la fuerza que la mantiene de pie es saber que su mamá y su hijo están con Dios, pero aún no se resigna por no encontrar el cuerpo de Liam Tadeo, quien es uno de los no localizados en Huauchinango, Puebla.
La enfermera aseguró que hoy vive con el corazón partido porque no puede frenar la búsqueda de su hijo menor y tampoco pudo estar en el sepelio de su madre, quien resultó encontrada a 500 metros del río aledaño, mientras abrazaba una prenda de su nieto.

“El que sufre más preocupación, angustia e impotencia es mi hijo mayor, él sobrevivió ante este evento y se desespera de que no pudo hacer nada ni tampoco los pudo ayudar”, reconoció.
Afirmó que Gael, por el momento, se queda en casa de su papá y su madrastra, quienes lo cuidan a fin de que ella siguiera con la búsqueda, la cual por seguridad ya está encabezada únicamente por las autoridades.
“Es una situación difícil como madre, porque los dos son mis hijos, uno ya partió y Dios se lo llevó, me genera paz porque todo lo que pude hacer en vida con él, yo lo hice, sí me duele como persona no encontrar el cuerpo de mi hijo para poderlo sepultar y la impotencia de que no puedo estar también con mi hijo mayor porque me necesita”, reconoció.
CON OPTIMISMO DE LOCALIZAR EL CUERPO DE LIAM TADEO
Sin embargo, han pasado 11 días desde que las fuertes lluvias azotaron su región y ella no pierde la esperanza de encontrarlo y sepultarlo con su mamá.
Abigail contó que el niño vivió con ella hasta hace cuatro meses en Huejotzingo, donde trabaja como enfermera y pese a la distancia, siempre estuvo presente con videollamadas y acudía al menos cada 15 días para visitar a su familia.
La última vez que lo vio fue una semana antes cuando le festejó su cumpleaños número seis, lo que quedó plasmado en fotos y lo recuerda como uno de los momentos más felices que tuvieron juntos como familia.
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La enfermera explicó que trabaja en horario de 48 horas por 24 de descanso en una clínica particular y todo el esfuerzo que hacía era para darles a sus hijos una educación particular y una vida estable.
El papá de Liam, Giovani González, también se ha sumado a la búsqueda luego de que hace poco terminó deportado de Estados Unidos, a donde migró hace un par de años.