MADRID. La Justicia española desestimó ayer el ingreso en prisión de Miguel Ángel Flores, organizador de la fiesta de Halloween en la que murieron cuatro jóvenes, aunque ordenó, como medida cautelar, que comparezca dos veces al mes en el juzgado, al permanecer imputado por estos hechos.

 

Así lo aseguró Gerardo Viada, abogado de la familia de una de las fallecidas, Katia Esteban, después de que Flores haya declarado como imputado ante el magistrado Eduardo López Palop que investiga el suceso. Viada solicitó para Flores prisión eludible bajo fianza de 100 mil euros.

 

No obstante, el magistrado decretó la obligación de que comparezca dos veces al mes ante el juzgado, porque Flores se ha personado "todas las veces que se le ha requerido" y "no parece que tenga ninguna intención de sustraerse a la acción de la justicia", según Viada.

 

El juez no ha imputado todavía unos delitos concretos al empresario, a quien la Fiscalía española imputa cuatro homicidios imprudentes y un delito de lesiones graves e imprudentes.

 

En su declaración, según el letrado de la acusación particular, Flores responsabilizó "absolutamente a Madrid Espacios y Congresos", empresa del Ayuntamiento de Madrid propietaria del recinto, y señaló que la seguridad no le correspondía a él, sino a Seguriber, que estaba contratada por esa empresa municipal.

 

Además, dijo que la Policía "no hizo nada" para evitar un "botellón" de unas 4 mil personas en los alrededores del recinto, junto a la parada de Metro más cercana, durante más de cuatro horas.

 

Flores sostuvo ante el juez que, a través de internet se vendieron 9 mil 650 entradas y que puede que hubiera alguna duplicidad en la venta de entradas.

 

Los problemas surgieron a partir de las 03:00 de la madrugada por la entrada "en masa" a la pista central del Madrid Arena de 3 mil o 4 mil personas que estaban en el "botellón" (reunión de jóvenes para beber), dijo el empresario ante el juez, según el abogado de la acusación particular.

 

El gerente de Diviertt indicó que tanto las empresas de seguridad como la Policía vieron que "la gente entraba completamente borracha" y "de golpe", sin que la organizadora del evento pudiera hacer nada para evitarlo.

 

Para el abogado de la familia de una de las fallecidas, sobre las 04:00 de la madrugada, pudo haber cerca de 15 mil personas en el Madrid Arena resultantes de las 9 mil 650 entradas vendidas, más las 4 mil del "botellón" y alguna duplicidad en la venta de tickets.

 

Flores precisó que él sólo controlaba la venta de entradas y el contenido de la fiesta, pero que era ajeno y no tenía responsabilidad ni en la seguridad interior ni exterior del recinto.

 

Durante su comparecencia ante el juez aportó documentación relativa al suceso, al aforo, a las entradas y a comunicados entre Diviertt y Madrid Espacios y Congresos. EFE

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