Los mangas han conquistado los países occidentales desde hace cuatro décadas, pero el cómic japonés es heredero de siglos de folclore y tradiciones bien arraigadas, como lo muestra una exposición en un museo parisino dedicado al arte asiático.
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Las historietas japonesas son de una "creatividad impresionante", afirma Yannick Lintz, presidenta del museo Guimet de París, centrado en el arte asiático, que acoge hasta el 9 de marzo la exposición Manga, ¡todo un arte!
Para ilustrarlo, el museo, situado cerca de la Torre Eiffel, decidió mezclar muestras de mangas famosos –desde Astro Boy hasta One Piece, pasando por Naruto– con budas, espadas ninja y máscaras del teatro Nō.
Con esta puesta en escena "creativa y dinámica", el museo quiere "atraer a los jóvenes" y no solo a "los especialistas en Asia", los visitantes habituales del establecimiento, explica Lintz.
Los jóvenes son los principales lectores de manga –un término compuesto por los ideogramas "man" (espontáneo) y "ga" (dibujo)–, una temática que luego se declina en series, animes, videojuegos o figuras.
La muestra traza los orígenes de esta técnica, hacia finales del siglo XIX, cuando a través de los intercambios entre Occidente y Japón se introdujeron los dibujos satíricos y humorísticos en el archipiélago.
Los artistas japoneses se apropiaron de esta tradición gráfica europea adaptándola a la cultura local, con el "kamishibai" (teatro de papel) o la mitología nipona.
LA OLA DE HOKUSAI
"No es una exposición de cómics como las demás, es una exposición que pone el cómic en paralelo con el fondo Guimet, con las obras que se encuentran en Guimet", explicó Didier Pasamonik, periodista, editor y uno de los dos comisarios de la exposición.
La muestra hace hincapié en el icónico grabado de Katsushika Hokusai, La gran ola de Kanagawa, realizado hacia 1830. El "trazo claro y estructurado" del artista japonés "prefigura la estética del cómic", señala.
El museo también rinde homenaje a Osamu Tezuka, quien, a mediados del siglo XX, revolucionó el manga con sus series Astro Boy y La princesa caballero, el primer "shojo", los mangas para chicas que luego tuvieron un inmenso éxito.
Las series como Dragon Ball, Naruto o Akira tuvieron "un papel fundamental en el proceso de japonización de la cultura popular europea" y crearon "una comunidad transnacional de fans que traspasa las fronteras lingüísticas y culturales", agregó Bounthavy Suvilay, de la Universidad de Lille, en el catálogo de la muestra.
Y a ellas se sumaron el éxito colosal de los videojuegos (Super Mario, La leyenda de Zelda,entre otros), los animes (Grendizer), e incluso las cartas Pokemon. /AFP
Dato de interés
● En la década de 1950 surgió el movimiento gekiga, con un estilo más realista y
oscuro, destinados especialmente a los adultos.
● Fue en los años 1980, cuando el manga triunfó en todo el mundo y participó en la
proliferación de la cultura japonesa.
