Audiencia da mayores detalles sobre el asesinato de Carlos Manzo
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En junio, el alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo denunció en sus redes sociales el hallazgo de un centro de adiestramiento en su municipio, en el que supuestamente hay grupos paramilitares con colombianos y venezolanos, aunque en ese entonces las autoridades estatales lo negaron.

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Sin embargo, este sábado, un testigo confirmó que en Tiamba entrenaron los dos menores señalados por el asesinato del extinto alcalde.

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Los adolescentes Víctor Manuel N y Fernando Josué N se conocieron en el anexo de Uruapan denominado El Renacimiento; sitio en donde no superaron sus adicciones, pero formaron el vínculo que los llevó a presuntamente asesinar al presidente municipal.


Según se conoció en audiencia pública, los jóvenes, de 16 y 17 años, presentaron farmacodependencia desde el año pasado, por lo que sus respectivas madres los internaron.


Víctor Manuel fue el primero en abandonar el establecimiento, en agosto pasado, y después el otro joven.


Fernando Josué buscó a su excompañero del anexo e intentaron seguir con su vicio, pero la madre del primero lo echó de la casa.


Los adolescentes, con adicciones y a nivel familiar, cumplían con el perfil que presuntamente buscaba Jorge Armando N, El Licenciado, presunto cabecilla del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en Uruapan.

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De acuerdo con lo relatado por el Ministerio Público, Ramiro N se encargó de buscar a los dos jóvenes. Quería un perfil claro: que quisieran unirse a la célula delictiva y que tuvieran farmacodependencia.

Jóvenes asesinos, entrenados en capo de adiestramiento


Los adolescentes fueron abordados por este último en una tienda de Malagua, después se los habría llevado a Tiamba para adiestrarlos en el manejo de las armas.


Al contratar a Ramiro N como reclutador y para adiestrar en uso pistolas a los dos menores, le dio una instrucción clara: que sean consumidores. Los jóvenes lo eran, en especial el primero, su familia tenía años en tratar que el adolescente abandonara el consumo de las metanfetaminas.


Los esfuerzos fueron en vano. No lograron superarlo. Ramiro N, un hombre en sus 30, también joven y con poca experiencia y muchas necesidades, logró envolverlos con la promesa de 50 mil pesos por su participación en el homicidio.


Los tres ejecutantes de las órdenes del crimen organizado, según la hipótesis de la Fiscalía, se alojaron en un hotel del centro, contiguo a la Pérgola de Uruapan, para poder estar cerca en el momento que llegara el alcalde.


El móvil del crimen sigue sin darse a conocer. El fiscal litigante no expuso la razón por la que se ordenó el asesinato, pero sí quienes aparentemente ordenaron matar a Carlos Manzo: el crimen organizado, en este caso, la hipótesis señala a Jorge Armando N y el R1.


Por su parte, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, dijo que “todas las líneas de investigación están desdobladas, se está haciendo una investigación integral”.