Las llamadas cinco veces al día del marido, los gritos, los jaloneos en público, las humillaciones, los reclamos por la forma de vestir y el control del dinero son algunas de las formas que reconocen casi todas las mujeres y que muchas aceptan como una “cruz que les toco cargar”.

 

Gabriela Gatica, gerente de Responsabilidad Social de la empresa Avon, explica que hace cuatro años aplicaron una encuesta entre las mujeres que venden sus productos y 98% describió una situación de violencia doméstica y con su pareja.

 

“Ellas pensaban que está bien porque es el marido y las cuida, o porque así es como trataba el papá a su mamá y entonces estaba bien”, dijo.

 

Aunque la violencia emocional es la más representativa y reconocida por las mujeres, la violencia económica también está presente, sobre todo si la esposa comienza a crecer en su negocio.

 

“Encontramos que los maridos las dejaban porque no soportaban que fueran exitosas o buscaban controlar el ingreso. Desafortunadamente, la consideraban (la violencia) una parte normal de su relación”, indicó Gatica.

 

Ante esta situación, la empresa estableció un call center para que las mujeres recibieran orientación. Al mes, se contabilizan 50 llamadas, que si bien no es un número representativo, es un avance porque ya existe información, dijo la directora.

 

Una mujer tarda hasta siete años en darse cuenta que vive una situación de violencia dentro de su hogar y otro tanto en buscar ayuda. Pero no es sencillo, porque hay un estrés emocional muy fuerte por la presión social de dejar al marido y la incapacidad personal de hacerlo, a pesar de que sabe que no debería seguir con él.

 

Ante esta situación, prefieren aislarse para no ser juzgadas y olvidan buscar ayuda en las organizaciones dedicadas a esta labor.