La población que tiene hoy más de 60 años no representa un problema para el sector salud tan severo como lo serán las personas que lleguen a esta edad en los próximos 30 años, aseguró Luis Miguel Gutiérrez, director general del Instituto de Geriatría.

 

Las estadísticas de la institución revelan que 80% de los 8.8 millones de personas de la tercera edad que hay en el país son funcionalmente independientes, es decir, aunque pueden tener alguna enfermedad, incluso crónico-degenerativa, todavía mantienen el control de sus actividades y tienen una buena calidad de vida.

 

En tanto, 1.7 millones, o 20% de este sector, sí requieren de atención geriátrica, hospitalización y un seguimiento para el control de su enfermedad, además de que miles requieren de una tercera persona para realizar sus acciones de la vida diaria (bañarse, comer, ir al baño, tomar sus medicamentos).

 

En el caso de las personas mayores de 80 años, alrededor de 1.5 millones, los números aumentan, ya que 40% tiene una limitación funcional y requiere de mayor atención por las condiciones de deterioro que presentan; en tanto que 60% no tiene complicaciones severas.

 

“Cuando lo vemos desde esa óptica se torna un problema de dimensiones manejables. De cualquier manera requiere el desarrollo de servicios, requiere una estrategia de atención, un nuevo enfoque disciplinario pero se encuentra en un nivel asequible a los recursos que tenemos disponibles para atender las necesidades de esa población”, explicó Gutiérrez.

 

El problema se presenta en la población que actualmente tiene entre 20 y 50 años, que asciende a poco más de 48 millones. Este grupo ya presenta problemas de salud severos que incluyen diabetes, hipertensión y daños cardiovasculares que demandan mayores servicios e implican gastos severos para el sector.

 

“Ellos pueden hacer la diferencia, porque si en ese contingente no cambia la situación, entonces sí vamos a tener problemas. Allí es donde en este momento tenemos que poner mayor énfasis para prevenir la dependencia funcional y el avance del deterioro por estas enfermedades”, señaló el médico.

 

Resaltó que el país tiene recursos, pero no un mecanismo de salud que permita cubrir todas las necesidades a las que nos estamos enfrentando y nos vamos a enfrentar. “Tenemos los recursos para desarrollarlos y esa es la tarea que tenemos por delante”.