WASHINGTON. EL mandatario estadunidense, Barack Obama, le dijo al presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, que el bombardeo de la OTAN del pasado fin de semana, en el que murieron 24 soldados paquistaníes, no fue deliberado.

 

La Casa Blanca informó por medio de un comunicado que ayer en la mañana Obama le habló por teléfono a su homólogo para expresarle sus condolencias, por lo que sucedió en la frontera de Afganistán y Pakistán.

 

“El presidente dejó en claro que este incidente lamentable no fue un ataque deliberado contra Pakistán y reiteró que Estados Unidos está fuertemente comprometido a investigar a fondo”, dice el comunicado. “Los dos presidentes reafirmaron su compromiso con la relación bilateral EU-Pakistán, la cual es crítica para la seguridad de ambas naciones, y estuvieron de acuerdo en mantenerse en estrecho contacto”.

 

La secretaria de Estado estadunidense, Hillary Clinton, habló telefónicamente el sábado con el primer ministro de Pakistán, Yusuf Raza Gilani, para reiterar las condolencias de su Gobierno por este “trágico” e “involuntario” hecho y subrayar el “respeto de Estados Unidos por la soberanía de Pakistán”.

 

El sábado 26 de noviembre 24 soldados paquistaníes murieron cerca de la frontera con Afganistán a causa un ataque aéreo de la OTAN, que amenaza la delicada relación con Islamabad, que criticó duramente la operación encubierta en su territorio en mayo que acabó con la muerte de Bin Landen.

 

En declaraciones a CNN esta semana, Gilani descartó que la relación con EU vuelva a ser “como antes”.

 

El ejército estadunidense dio a los soldados de Pakistán una ubicación equivocada cuando solicitó permiso para lanzar un ataque contra rebeldes en la frontera, dijeron por su parte autoridades castrenses paquistaníes.

 

La operación militar sumió las relaciones entre Washington e Islamabad en una crisis de enormes proporciones.

 

La OTAN y Estados Unidos lamentaron la pérdida de vidas y rechazan las aseveraciones de Pakistán de que fue un acto deliberado de agresión.

 

El incidente ha puesto al borde de la ruptura los vínculos de por sí tensos entre Washington e Islamabad y complica las expectativas de Estados Unidos de obtener ayuda de Pakistán en las negociaciones para poner fin a la guerra en Afganistán.

 

En represalia por el ataque, Islamabad cerró su frontera occidental al tránsito de suministros para la OTAN en Afganistán, un país que carece de costas.

 

Miles de extremistas islámicos y otros manifestantes salieron a las calles en diversas partes del país al término de las oraciones del viernes en protesta por el ataque. Algunos manifestantes exigían al ejército que atacara a la coalición que encabeza Estados Unidos en Afganistán.

 

El contenido de los lemas que se gritan en las manifestaciones son señal preocupante para Occidente, el cual ha señalado que la causa del ataque a comenzado a unir a sectores radicales con las fuerzas militares.

 

El general jefe del ejército paquistaní, Ashfaq Parvez Kayani, ordenó a los comandantes militares destacados en la frontera que repelan cualquier ataque en el que reincida la OTAN, dijo la ministra de Información, Firdous Awan.