La mamá tuvo un amante estos últimos años. Era un hombre preparado y honesto, pero desentonaba con la casa y al final terminó siendo un padrastro furibundo cuya honorabilidad quedó en entredicho. Algunos de los hijos lo querían, otros lo odiaban. ¿Por qué trajiste este hombre a casa, mamá?
En todos estos años hubo hijos que se drogaron, que se metieron en negocios sucios, se pelearon entre sí. Era evidente que mamá extrañaba a papá, a pesar de sus mujeres y su gusto por el alcohol. De igual forma, mamá ya no era una santa. Tenía un amante.
Este 1 de diciembre, papá volvió a casa. La paz regresó al hogar. Todos, hasta el antiguo amante de mamá, quedaron conformes. El sistema volvió a funcionar. Las promesas de vacaciones por la playa entusiasman a todos, a pesar de que saldrán carísimas y no está claro con qué ingresos se fondearán. Todo funciona bien, de vuelta.
El regreso del PRI deja sinsabores por todos lados, pero funciona. Entre los detenidos por el vandalismo del 1 de diciembre en el Centro Histórico dominan los inocentes, como antaño; bastaba con ir pasando por allí, para aparecer como culpable. El discurso dominante, Anarquistas que destruyeron locales, rompieron vidrios y dañaron fachadas; la realidad, quizá un vandalismo tolerado antes de que la policía recibiera la orden de actuar, para dañar la imagen de los lopezobradoristas; luego detenciones al azar, sin evidencia, en las que dominan los inocentes. Como hacía el aparato estatal antes de la era PAN. Papá borracho ha vuelto a casa. Trajo la felicidad.
El Pacto por México, de nuevo, otra falacia. Ya durante la era panista se intentó, 2005, el Pacto de Chapultepec. Fracasó. El amante próspero de mamá tenía algo que no agradaba a todos los hijos. Ahora papá borracho hace que de nuevo la credibilidad del país retorne a casa, como antaño con el Pacto de Solidaridad Económica, 1987. En medio del Pacto por México, varios absurdos. Ejemplificaré con el caso que mejor conozco.
Los proyectos de trenes estaban demostrando su factibilidad técnica, económica y financiera en el Programa de Transporte Masivo del Fondo Nacional de Infraestructura; de un plumazo se meten en la fila entre varias decenas de proyectos y obtienen financiamiento. Somos tecnócratas, pero antes que tecnócratas creemos en México; para qué evaluar, si lo que necesitamos es un estado eficaz. Ínguesu. El Estado vuelve a funcionar.
Ahora que el papá borracho y pródigo volvió, los hijos de derecha perdonan a los de izquierda y viceversa. Abrazo de hermanos. Vuelven las costumbres, las pasarelas, el besamanos, las formas. Comienza la era del Tlatoani restaurado.
Así funciona México, podría decirse; así como en Rusia ha funcionado mucho mejor el autoritarismo de Putin – Medvedev, que la anarquía de la agonía Soviética. ¿Tenemos tan mal entendida nuestra democracia? ¿Sólo podemos jugar al péndulo entre los presidentes bocones e imprudentes y los presidentes de las formalidades hipócritas? De momento no me queda más que asentir, con la esperanza de que tarde o temprano las costumbres democráticas sean las que dominen, por encima del juego de hipocresías que gobernarán el paisaje político de los siguientes años.
Podemos esperar un presupuesto aprobado sin mucho trámite en lo general (obvio, gran rebatinga por los fondos estatales y municipales). Podemos esperar también que se recupere el ritmo de crecimiento del país y que las voces que cuestionen al aparato de Estado no tengan mucho eco.
Los detenidos, inocentes o culpables, dormirán en su celda con una letra escarlata. Malditos anarquistas que se oponen al desarrollo de México. Ahora sí vamos a progresar, se los juro por mi madrecita santa. Buenas noches, papito.
@GoberRemes