Los restos de Jenni Rivera reposan en una funeraria de Long Beach, la ciudad californiana donde nació “La Diva de la Banda”, a la espera de un funeral y un homenaje póstumo que probablemente tengan lugar la próxima semana.
Los hermanos de la cantante fueron los encargados de velar el cuerpo en el desplazamiento desde México, realizado en un vuelo privado que aterrizó en el aeropuerto municipal de Long Beach ayer por la noche, donde esperaban numerosos admiradores de la diva.
A continuación las autoridades locales escoltaron el coche fúnebre hasta el cementerio All Souls, situado a escasos kilómetros de la residencia de la madre de la artista, donde en torno a la madrugada tuvo lugar un velatorio íntimo con el resto de la familia, incluidos los hijos de Jenni Rivera.
Preparan homenaje póstumo
La próxima semana probablemente se organizará un funeral y un homenaje póstumo donde el público podrá celebrar la vida de Rivera, según indicaron familiares de la artista, que por el momento no han concretado públicamente esos planes.
“Pronto tendremos una ceremonia en la que los fanáticos puedan despedirse de mi hermana”, dijo Juan Rivera a los medios locales, quienes avanzan que ese acto público podría tener lugar el próximo martes.
Por su parte, Pedro Rivera Jr. explicó que su hermana Jenni dejó escrito que no quería que sus restos fueran incinerados y que deseaba ser enterrada en un ataúd.
Rivera falleció a los 43 años, en pleno esplendor de su carrera, consagrada como una artista muy popular que alternó los grandes escenarios con otros menos importantes donde era aclamada por millones de incondicionales.
La artista méxico-estadounidense, que vendió más de 15 millones de discos, cultivó la música de banda, la ranchera, la balada, la música pop y el corrido, lo que le abrió el corazón de infinidad de seguidores en Estados Unidos y México.
Rivera tenía pendiente su debut en el cine con la película “Filly Brown”, cuyo estreno está previsto para abril del próximo año.