El presidente estadunidense Barack Obama instó hoy a la ciudadanía a la solidaridad, mientras el país llora a las víctimas, la mayoría de ellas niños, que dejó un tiroteo en una escuela de Connecticut.
En su mensaje sabatino, el mandatario dijo que los corazones de los padres de todo el país están “cargados de dolor” por las vidas perdidas en la masacre del viernes en una escuela de Newtown, Connecticut, en la que murieron 27 personas, 20 de ellas niños.
Obama reiteró su mensaje sobre la necesidad de hacer a un lado la política y “tomar medidas significativas para evitar más tragedias como ésta”.
Sin embargo, el mandatario no fue más allá y se abstuvo de pedir específicamente leyes más estrictas sobre el control de armas.
“Lloramos por las familias de aquellos que hemos perdido. Y seguimos en nuestras oraciones por los padres de los que sobrevivieron”, manifestó Obama.
El tiroteo reavivó el debate sobre el control de armas en un país con una floreciente cultura armamentista y un fuerte apoyo en el Congreso, lo que ha desalentado a la mayoría de los políticos de todos los esfuerzos importantes para abordar la fácil disponibilidad de armas.
El mandatario se mantuvo alejado del tema durante su campaña de reelección de este año, y no está claro si él podría estar dispuesto a adoptar un enfoque más firme ahora que se ha asegurado un segundo mandato.
Se estima que en Estados Unidos, un país con unos 315 millones de habitantes, existen 300 millones de armas, un promedio de 88.8 armas por cada 100 habitantes.
En Estados Unidos se reconoce la posesión de armas como un derecho constitucional y uno de sus mayores defensores de este derecho es la Asociación Nacional del Rifle, una poderosa organización que actúa en el Congreso.
El club posee cuatro millones de socios y se ubica como la organización de derechos civiles más antigua del país.