WASHINGTON. El presidente de EU, Barack Obama, expresó su “enérgico” respaldo a la propuesta de prohibir la venta de armas de asalto, sugerida por una destacada senadora, así como a una nueva legislación sobre el control de armas, tras la masacre de Newtown (Connecticut) del pasado viernes, en la que fallecieron 28 personas, entre ellas 20 niños.
“El (presidente) está activamente a favor del intento de la senadora Diane Feinstein de revivir la propuesta de reinstaurar la prohibición de las armas de asalto”, indicó Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca en su rueda de prensa diaria.
Asimismo, agregó que Obama “apoya y apoyaría una nueva legislación que encare el problema del llamado vacío legal de las armas y otros elementos como los cargadores de amplia capacidad, por ejemplo”.
Los senadores demócratas Dianne Feinstein y Chuck Schumer apoyaron el domingo la introducción de un proyecto de ley sobre el control de armas en el Congreso de EU.
Feinstein anunció que espera presentar un proyecto de ley en cuanto se constituya el nuevo Congreso a partir de enero.
No obstante, Carney agregó que se trata de “un problema complejo que requiere más de una solución”.
“Exige no solo reexaminar nuestras leyes sobre armas y cómo las aplicamos, sino también implicar a los profesionales de salud mental, los funcionarios de seguridad, educadores, padres y a las comunidades para encontrar estas soluciones”, agregó el portavoz presidencial.
Carney aseguró de nuevo que “está claro que como nación no hemos hecho lo suficiente para encarar el azote de violencia de las armas en este país”.
Por otra parte, Carney, rechazó la propuesta de “plan B” presentada por los republicanos para desatascar las negociaciones en torno al llamado “precipicio fiscal”, al “asegurar que no protege a las familias de clase media”.
“El presidente (Barack Obama) propone un plan razonable y equilibrado sobre la mesa que incluye una significativa reducción del déficit y refleja un compromiso real”, afirmó Carney en un comunicado. Los republicanos cedieron al aceptar que las personas que ganen más de un millón de dólares paguen más impuestos, mientras que Obama también cedió al pasar de 250 mil dólares a 400 mil. La brecha se cierra aun cuando la diferencia es sustancial.