En el norte de Turambul había una vez un escritor que se llamaba Francisco Hinojosa. Este escritor, poeta y editor ha llegado lejos gracias a una señora gorda como hipopótamo, que fumaba puro, que tenía dos colmillos puntiagudos y brillantes y que era “la peor señora del mundo” y por supuesto también gracias a otros personajes de sus libros para niños. Aunque en un inicio fueron rechazadas, estas historias, con humor y crueldad trascendieron en la literatura latinoamericana para niños y hoy son un referente. Recientemente presentó Manual para Corregir a Niños Malcriados, para dar cuenta de su originalidad, además de ser un activo y peculiar tuitero, para ejemplo sus publicaciones:
• No alcanzo a perseguirme.
• Antes de que se acabe el mundo me voy a hacer una quesadilla con epazote.
• Como no tenían nada que decirse, se hicieron de palabras.
• Este poema trata sobre poetas que no saben decir ni tuit.