Líderes de organizaciones pro inmigrantes expresaron su temor de que el debate sobre el control de armas pueda afectar la reforma migratoria, reportó hoy el diario The Washington Post.

 

Hace unas semanas el consenso por la reforma migratoria parecía que podría allanar el camino para la regularización de más de 11 millones de indocumentados, pero el debate sobre el control de armas puede retrasarlo.

 

Cuando parecía que la reforma migratoria se convertiría en una de las altas prioridades para el inicio del año próximo para la Casa Blanca, las recientes matanzas en ciudades de Estados Unidos podrían distraer, apuntó el rotativo.

 

Señaló que líderes latinos hace cuatro años expresaron su decepción por la poca habilidad de Obama de cumplir con su promesa de una legalización migratoria en lo que fue su primer periodo presidencial.

 

“Entendemos la urgencia de Obama de reducir la violencia por el uso de armas, pero esperamos que concrete sus declaraciones de que estamos en el mejor momento para la reforma migratoria”, dijo Eliseo Medina, secretario tesorero del Sindicato Internacional de Empleados y Servicios (SEIU por sus siglas en inglés).

 

“Estamos en un momento clave y debemos abordar ese asunto de forma inmediata a fin de evitar que el asunto se siga postergando”, consideró el activista.

 

“Nos gustaría que se concretara en la primera parte del año o entre los primeros tres o seis meses, pero tenemos que empezar a mover el reloj rápidamente”, recomendó.

 

Medina y otros líderes pro inmigrantes compartieron que la Casa Blanca les aseguró que el tema estaría listo para ser abordado tan pronto como el próximo mes con el cabildeo en el Congreso.

 

Obama, quien ganó con el 71 por ciento del voto latino, declaró en su primer rueda de prensa después de ganar la reelección que esperaba tener la propuesta de ley en el Congreso poco después de su toma de posesión el 20 de enero.

 

Pero esto fue antes de que un joven asesinara a 26 personas, entre ellas a 20 niños, en la primaria Sandy Hook, Connecticut, lo que forzó a Obama a declarar que usará todo el poder de su oficina para reducir la violencia con armas.