Los gobernantes de la Unión Europea (UE) se reunen en Bruselas este jueves y viernes con la expectativa de acordar nuevas reglas fiscales y de gobernanza económica, en una cumbre considerada la última oportunidad para salvar la zona del euro.
A casi dos años de la crisis, las discusiones gravitarán en torno de las ideas pactadas previamente por Alemania y Francia, que abogan por un cambio en el Tratado de Lisboa que permita endurecer la disciplina presupuestaria en la unión monetaria lo más pronto posible.
Para ello, las dos mayores economías europeas presionarán a sus socios a adoptar la regla de oro sobre el equilibrio fiscal, aceptar sanciones automáticas para los países que superen los límites de déficit y deuda, y someter sus presupuestos a un control conjunto.
El borrador de conclusiones de la cita, preparado por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, señala la posibilidad de incluir esas nuevas reglas en un protocolo del Tratado de Lisboa, el documento que rige el funcionamiento de la UE.
De esa manera, el cambio no exigiría la ratificación de los 27 Parlamentos nacionales, solo bastaría la aprobación del Parlamento Europeo (PE) y del Banco Central Europeo (BCE), lo que simplificaría y aceleraría el proceso.
“Para restaurar la confianza del mercado en la zona del euro y asegurar la sostenibilidad de los mecanismos de solidaridad, es vital mejorar la credibilidad de nuestras normas presupuestarias y asegurar su pleno cumplimiento”, defiende el líder de la UE en el documento preparatorio de la cumbre.
Van Rompuy confía que el establecimiento de lo que el eje franco-alemán llama de “unión fiscal reforzada” abriría el camino para el lanzamiento de los eurobonos, una idea de momento rechazada en bloque por franceses y alemanes.
De cualquier manera está previsto que en esta cita los jefes de Estado y de gobierno de la UE debatan por primera vez sobre las propuestas de la Comisión Europea (CE) para la mutualización de su deuda.
Entre las propuestas elaboradas por Van Rompuy también se incluye dotar de más recursos financieros y de nuevas capacidades el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo permanente de rescate que deberá entrar en vigor a mediados de 2012, en lugar del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF).
La idea es que el MEDE funcione como una institución de crédito, con poderes para conceder préstamos a los países muy endeudados y para participar directamente en la recapitalización de bancos.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió a su vez a los 27 países miembros de la UE de la importancia de que la cumbre culmine con “decisiones enérgicas que permitan crear un auténtico pacto fiscal” en la zona del euro.
“Por decisiones enérgicas queremos decir que deben ser creíbles para nuestros ciudadanos, para nuestros socios internacionales y para los mercados”, explicó en rueda de prensa su portavoz, Pia Ahrenkilde.
El debate sobre el futuro de la unión monetaria europea empezará durante una cena informal el jueves (18:00 GMT) y las conclusiones se anunciarán la tarde del viernes.