Washington.- Los líderes del Senado de EU reanudaron hoy las negociaciones a puerta cerrada para un acuerdo que evite el “abismo fiscal” el martes próximo, pero la perspectiva de un acuerdo corre peligro ante las exigencias republicanas de recortes al gasto público, dijo a Efe una fuente legislativa.

 

“Estábamos acercando posiciones, pero nos hemos topado con un gran punto muerto. Hubo avances para incrementar el tope de los ingresos salariales sujetos a los recortes tributarios y concesiones demócratas sobre los recortes de impuestos al patrimonio”, explicó la fuente legislativa, que pidió el anonimato debido a la sensibilidad de las negociaciones.

 

Los líderes demócrata y republicano del Senado, Harry Reid y Mitch McConnell, respectivamente, tratan de ponerse de acuerdo sobre un plan que, entre otros puntos, permita evitar una subida generalizada de impuestos a partir del 1 de enero, cuando está previsto que venzan exenciones aprobadas hace una década bajo la presidencia de George W. Bush.

 

Además, las negociaciones sobre el “abismo fiscal” incluyen otras cuestiones en disputa, como el futuro de los impuestos sobre el patrimonio, la prórroga o no de los subsidios extraordinarios por desempleo, y cómo evitar que entren en vigor recortes automáticos del gasto público en ámbitos como la Defensa o la Sanidad.

 

“La gran traba hoy es que los demócratas insisten en extender los subsidios de desempleo, pero los republicanos quieren cambiar la fórmula que se utiliza para los beneficios del Seguro Social (pensiones), reduciéndolos de hecho, para financiar esos subsidios”, agregó.

 

Así las cosas, ante la postura de los republicanos respecto al alcance y financiación de los recortes tributarios, existe la amenaza “real” de que, incluso, los congresistas no tengan ningún acuerdo que anunciar a lo largo de la jornada y “descarrilen las negociaciones”, dijo la fuente.

 

Si no hubiera hoy un plan bipartidista, el presidente Barack Obama ha pedido a Reid que someta a voto, al menos, el plan demócrata.

 

El futuro de los recortes de impuestos al patrimonio, incluidos en el paquete de recortes impositivos instituidos durante la presidencia de George W. Bush y que vencen mañana, tiene una alta carga política en Washington.

 

Esos impuestos al patrimonio han bajado de una tasa del 55 % en 2001 a la tasa actual del 35 % para inmuebles, acciones y otros bienes obtenidos en herencia, con exenciones tributarias que han subido de un millón a 5,2 millones de dólares.

 

La discordia entre ambos partidos sobre este particular tiene que ver con el nuevo nivel impositivo que debería aplicarse a esos bienes: los demócratas quieren regresar a los niveles del 45 % de 2009, con exenciones de 3,5 millones, mientras que los republicanos quieren que se mantengan en la tasa actual.

 

Hoy mismo, en una entrevista con el programa “Meet the Press” de la cadena televisiva NBC, el presidente Obama se quejó de la presunta intransigencia de los republicanos, y sugirió que su conducta en las negociaciones indica que sólo velan por los intereses de los más ricos.

 

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, replicó que Obama fue elegido para “liderar” y no para “echar culpas”, por lo que lo instó a que presione a los demócratas para que negocien de forma bipartidista con la oposición.

 

Las negociaciones entre el Congreso y la Casa Blanca han estado marcadas por agrias recriminaciones sobre la falta de voluntad política para llegar a un acuerdo que evite que el país caiga en el despeñadero fiscal dentro de dos días.

 

En general, los demócratas se oponen a que se incluya en el paquete fiscal la nueva fórmula para calcular las pensiones, por considerar que ya han hecho suficientes concesiones en otros asuntos.

 

Señalan como ejemplo de esa “flexibilidad” que están dispuestos a elevar el techo para la prórroga de los recortes tributarios hasta un nivel de ingresos de 400.000 dólares, y que, además, harían concesiones respecto a los recortes tributarios al patrimonio.

 

Sin un acuerdo este fin de semana, el país afrontaría un total de cerca de 500.000 millones de dólares en aumentos de impuestos y recortes al gasto público.

 

Esas dieta súbita de austeridad, aunque necesaria para reducir el déficit, podría sumir al país en nueva recesión en 2013, según los expertos.

 

El “neumático de repuesto”, como le llaman algunos demócratas, es que el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid, someta a votación mañana una propuesta exclusivamente demócrata que prorrogue los recortes tributarios pero sólo para quienes ganan hasta 250.000 dólares, se extiendan los subsidios de desempleo para unos dos millones de personas y se establezcan las bases para futuras negociaciones para reducir el déficit. EFE

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