En Tabasco, el presidente Enrique Peña Nieto se quedó con ganas de probar el pozol, pero no de presentar el tercer plan -en ocho años- para enfrentar las inundaciones.

 

Ayer, Peña visitó por primera vez Tabasco, en donde lanzó el Programa de Prevención contra Contingencias Hidráulicas.

 

Ahí, aprovechó también para refrendar su apoyo a Arturo Núñez, el ex priista que llegó al gobierno de Tabasco con las siglas perredistas, y que, paradójicamente, le arrebató la gubernatura al PRI en las pasadas elecciones, tras 80 años de gobierno tricolor.

 

Peña celebró la “plena coincidencia” de objetivos entre ambos, deseó que esta primera visita fuera una de tantas y dejó la invitación abierta para volver a la entidad y tomarse un pozol.

 

Ambos mandatarios entraron juntos al Centro de Convenciones, y juntos, estrecharon las manos de los tabasqueños que se arremolinaban atrás de las vallas que los separaban de los dos políticos.

 

El mandatario tabasqueño le agradeció a nombre propio y a nombre del estado los apoyos “eficaces y oportunos” para concretar la inversión para Tabasco en diferentes rubros del Presupuesto de Egresos de la Federación de 2013: “Gracias por su mano amiga, señor Presidente”, dijo Núñez ante aplausos del auditorio.

 

Ya desde que el ex priista fue gobernador electo, comenzó los acercamientos para dialogar con el priista. De hecho, la visita de Peña al estado sureño constituyó un reconocimiento a la trayectoria política de Núñez Jiménez, como confirmaría días antes un funcionario de la Conagua que acudió al estado para afinar los detalles de la visita del Presidente.

 

Esta fue la oportunidad de Peña, además de refrendar el apoyo a Núñez, de lanzar en la tierra del que fuera su contendiente, Andrés Manuel López Obrador, su propio plan, a la par que inicia su administración, el cual a través de una estrategia conjunta entre los gobiernos federal y estatales contempla planeación urbana, prevención, alerta temprana y protocolos de emergencia en materia de inundaciones.

 

“Para este fin, Conagua cuenta ya con mil 400 millones de pesos para la conclusión de infraestructura hidráulica y el desarrollo de nuevos proyectos, entre los que se encuentra la Compuerta de Macayo, que se ha comprometido se concluya en los siguientes seis meses”, aseguró Peña.

 

Núñez se desmarcó de las pasadas administraciones priistas al puntualizar que si bien el cambio climático, reflejado en el fenómeno de La Niña y El Niño, ha propiciado las inundaciones, también es cierto que el “desorden”, la “corrupción” y el “clientelismo electoral” en el manejo del ordenamiento territorial contribuyeron.

 

También se fue contra las administraciones de Fox y Calderón: “Basta citar aquí que a casi 11 años de su diseño, a la fecha, no se ha concluido la Compuerta de Macayo sobre el Río Carrizal, obra maestra del Programa de Control de Inundaciones, PICI Primero (implementado por Fox), y del Plan Hídrico Integral de Tabasco, PHIT, después (lanzado por Calderón en 2008, luego de las graves inundaciones de 2007)”.

 

Los anteriores planes

 

En 2003, Vicente Fox lanzó el Proyecto Integral contra Inundaciones con un acuerdo entre la Conagua y el gobernador Manuel Andrade, el cual debería de haber quedado concluido para 2006 con una inversión de dos mil 60 millones de pesos, pero las obras quedaron inconclusas. En 2008 -entre 2007 y 2011 la entidad fue presa de graves inundaciones- Felipe Calderón puso en marcha el Plan Hídrico Integral con una inversión de nueve mil 377 millones de pesos, con el cual se pretendía desarrollar infraestructura hidráulica y realizar ordenamiento territorial para evitar la afectación a las comunidades, que también quedó inconcluso y para el cual se pidió su ampliación de metas hasta 2030.