ARGEL. Un grupo armado asaltó unas instalaciones de gas en el sureste de Argelia, y, al cierre de la edición, mantenía secuestrados a 21 trabajadores de diversas nacionalidades: noruega, británica, estadunidense, francesa y japonesa, según la agencia oficial argelina.

 

En el ataque de las instalaciones de tratamiento de gas, situadas en la provincia de Ilizi, fronteriza con Libia, murieron dos personas, una de ellas británica y otras seis personas resultaron heridas, cuatro de ellas agentes de seguridad argelinos y otras dos originarias del Reino Unido.

 

El Gobierno de Irlanda informó de que uno de sus ciudadanos se encuentra también entre las personas retenidas por el grupo armado.

 

Según una fuente de local, no identificada por la agencia, el número de ciudadanos extranjeros retenido como rehenes es “un poco mayor de una veintena de personas”.

 

El complejo de tratamiento de gas, que se encuentra mil 600 kilómetros al sureste de Argel, en Ain Amenas, en la región de Tinganturin, está explotado por la empresa estatal argelina Sonatrach y las compañías British Petroleum y Statoil.

 

La agencia aseguró que los asaltantes, que llegaron al lugar en tres vehículos todoterreno, se encuentran todavía en las instalaciones y han ido liberando en pequeños grupos a los trabajadores argelinos.

 

El Gobernador de Ilizi, Mohamed Laid Jelfi ha creado un grupo de crisis para seguir la situación.

 

Un grupo radical cercano a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y dirigido por el argelino Mojtar Belmojtar, asumió la autoría del ataque a través de la agencia privada de noticias mauritana ANI y afirmó tener en su poder a 41 rehenes occidentales, 7 de ellos estadunidenses.

 

Según Belmojtar, autoproclamado emir de la “Brigada de los enmascarados”, el ataque fue llevado a cabo por el batallón de los “Firmantes con sangre”.

 

Este controvertido líder terrorista advirtió el pasado 5 de diciembre a través de un vídeo difundido en Internet de la creación de una nueva célula, los “Firmantes con sangre”, para hacer frente a una eventual intervención militar internacional en Mali.

 

Según el grupo, la operación es una respuesta a la injerencia flagrante de Argelia y a la apertura de su espacio aéreo a la aviación francesa para bombardear las zonas del norte de Mali, controlado por grupos armados salafíes desde el pasado junio.