El brutal caso de violación tumultuaria ocurrido en la India el 16 de diciembre de 2012, contra la estudiante de fisioterapia de 23 años, Jyoti Singh Pandey, quien falleció por las graves heridas  internas ocasionadas con una barra de hierro con la que también fue ultrajada; conmocionó a la  comunidad internacional al revelar la profundamente arraigada misoginia en la sociedad india.

 

Lamentablemente la violación sexual no es nada nuevo para la moderna India ya que se ha  utilizado como arma de opresión por años contra las mujeres, quienes rutinariamente se ven  abandonadas por un sistema judicial lento e ineficiente que permite que los agresores logren librarse sin sufrir ninguna consecuencia.

 

De hecho, a menudo son las víctimas las que se ven obligadas a vivir con el estigma ya que muchas de ellas, avergonzadas e ignoradas por una estructura de poder dominada por los hombres, nunca acuden a las autoridades en busca de justicia al ser acusadas de incitar a la violencia contra ellas.

 

Son pocos los casos en los que las víctimas han tomado la justicia en sus propias manos, decidiendo vengarse del o los agresores, después de haber renunciado al sistema por completo.

 

Como fue en el caso de la famosa política india Phoolan Devi, en la década de 1980. Phoolan,  quien nació en 1963 en el seno de una familia de la subcasta mallah, una de las más bajas de la India, fue dada en matrimonio a los 11 años para ser abusada por su marido, y otros hombres y finalmente rechazada.

 

En busca de venganza, se unió a una banda de delincuentes y posteriormente mató a uno de sus  violadores. Phoolan Devi fue encarcelada por 11 años por el asesinato.

 

Tras su liberación, fue elegida miembro del Parlamento y la historia de su vida fue llevada al cine en Bandit Queen (1994).

Sin embargo, el 25 de julio de 2001, fue asesinada a tiros por un miembro de la familia de uno de sus violadores, en las calles de Delhi.

 

AUTODEFENSA

 

La autoprotección femenina es claramente importante para hacer frente a este tipo de agresiones pero también es fundamental que existan los mecanismos legislativos adecuados que garanticen las reformas y leyes necesarias para mejorar las condiciones de vida de las mujeres.

 

A raíz del ataque contra Jyoti Singh Pandey las mujeres indias han decidido defenderse ellas mismas disparándose las ventas de sprays de pimienta y los cursos de autodefensa. Hasta 274 mujeres han solicitado el permiso de armas en la capital india desde el 18 de diciembre, dos días después del ataque a la estudiante de fisioterapia.

 

Las cifras no parecen muy elevadas en una urbe de 17 millones de habitantes, pero suponen más de la mitad de las solicitudes de permiso de armas de todo el 2011, señala el periódico The Times of India.

 

Solo 20% de las personas que piden un permiso son mujeres, pero el porcentaje se ha duplicado. Otro de los problemas es el sistema de castas de la India. Los hombres suelen ser los principales beneficiarios, en cada casta, siendo las mujeres las que ocupan el escalón más bajo, incluso en la India urbana, sin importar cuán educadas se encuentren las mujeres.

 

Esto ha significado que prácticas como el aborto selectivo, en el que se estima que 30 millones de niñas han sido asesinadas hasta la fecha; y la violencia doméstica (muchas veces por falta de dote); siguen siendo comunes y van en aumento, tanto en zonas rurales como urbanas.

 

CONTRADICCIONES

 

La situación en India es contradictoria, pues por un lado, las mujeres están cada vez más educadas y se integran a la fuerza de trabajo, pero por otro lado, el ambiente en que viven y el trabajo sigue sin reformarse y continúa lleno de prejuicios.

 

Lo que sí ha cambiado en la actualidad es que las mujeres indias no están dispuestas a permanecer en silencio, lo cual se pudo observar con las inmensas y múltiples manifestaciones en rechazo a las prácticas violentas e intimidatorias contra la vida de las mujeres.

 

Ante las numerosas protestas que el gobierno intentó contener, junto con su lenta e insensible postura ante el grave atropellamiento de los derechos de las mujeres indias se ha generado un malestar general por la falta de empatía ante los terribles casos de violaciones.

 

A pesar de que el gigante asiático puede presumir de haber sido una de las primeras naciones en tener una primera ministra, Indira Gandhi, y de que su capital Nueva Delhi (donde se cometen la gran mayoría de las violaciones) junto con dos de sus regiones más importantes, Bengala y Tamil Nadu, estén gobernadas por mujeres, no se ve reflejado en mejores condiciones de vida y seguridad para el género femenino, hecho que es lamentable.

 

La violación sexual resulta ser el castigo por el atreverse de las mujeres a existir como un ser independiente, para sus propios propósitos, un sujeto que se es para sí y no para otros. El asalto sexual es la idea de que las mujeres no tienen ningún lugar en el mundo, que son meros objetos, a disposición de los hombres que dictan la vida de las mujeres, amenazándolos si se atreven a incursionar en los espacios públicos.

 

Como señala la escritora y cineasta francesa Virginie Despentes “la violación es una obvia  estrategia para mantener a las mujeres fuera de juego, diciéndoles que no pueden estar solas en la calle, que necesitan un hombre fuerte a su lado”

 

El hecho de hacer sentir vulnerables a las mujeres y que teman a la violación tanto como a la muerte sin proveerlas de las suficientes herramientas de autoprotección las ubica como indefensas y más proclives a ser víctimas de violencia, lo cual las ubica como estereotipadamente indefensas y manipulables, hecho que habría que modificar culturalmente no sólo a través de leyes más eficaces y penas más severas contra los agresores sino también con un cambio radical en la construcción del sujeto femenino que haga uso de la violencia en legítima defensa.

 

De igual manera se espera que el movimiento social desencadenado por la violación y muerte lamentable de la joven genere un cambio en las leyes para la protección a las mujeres. Con las elecciones generales en India en puerta para 2014, es muy posible que el gobierno ante el temor de perder los votos de mujeres principalmente de clase media urbana busque mejorar sus condiciones de vida.

 


indianumeros