EL CAIRO. Nuevos disturbios estallaron ayer en la capital egipcia, en la ciudad de Port Said ante la condena a muerte de implicados en la tragedia de futbol del año pasado durante los masivos funerales por la treintena de fallecidos la víspera.

 

La violencia estalló la noche del jueves pasado, luego de que una corte sentenció a muerte a 21 implicados en la masacre del 1 de febrero de 2012 en el estadio de Port Said entre aficionados de clubes de futbol rivales de Al Masri, y del visitante Al Ahlí donde 74 personas murieron y decenas más resultaron heridas.

 

Tras conocerse el fallo, familiares de los condenados y seguidores radicales del Al Masry trataron de ingresar por la fuerza a la prisión, con armas de fuego y cócteles molotov, para expresar su inconformidad, desatando un enfrentamiento con las fuerzas del orden.

 

Las manifestaciones de protesta y enfrentamiento se extendieron fuera de Port Said, a varias ciudades vecinas y la capital egipcia, El Cairo, donde al menos 90 personas fueron detenidas ayer, según un reporte de la edición electrónica del periódico Al-Masry al-Youm.

 

El director del departamento de hospitales de Port Said, Abderrahman Farah, aseguró que cinco personas murieron, entre ellas dos jóvenes y un adolescente de 16 años.

 

También hubo más de 500 heridos, 105 de ellos a causa de disparos de desconocidos o por fracturas. Los otros 419 presentaron síntomas de asfixia por inhalar gases lacrimógenos, agregó Farah.

 

En El Cairo, los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden se reanudaron en las inmediaciones de la plaza Tahrir como el puente de Qasr al Nil, mientras que otros accesos al centro de la capital fueron bloqueados por manifestantes.

 

Por su parte, la Fiscalía egipcia ordenó detener a 23 acusados de participar en los choques frente al Consejo local de la ciudad mediterránea de Alejandría, lo que motivó la protesta de decenas de familiares de los arrestados.

 

Las autoridades siguen sin controlar el brote de violencia que, aunque ha disminuido desde el pasado viernes -cuando se conmemoró el segundo aniversario de la revolución que derrocó al presidente Hosni Mubarak-, ya ha causado 43 muertos y centenares de heridos en el país.

 

Consciente de la grave crisis que atraviesa Egipto, este órgano -en el que participa el presidente egipcio, Mohamed Mursi- convocó a las fuerzas políticas a participar en un diálogo nacional para resolver los puntos de fricción existentes.

 

Esta invitación fue aceptada por la Corriente Popular Egipcia, dirigida por el líder opositor izquierdista Hamdin Sabahi, que puso como requisitos el fin de la violencia, la asunción de responsabilidades por parte de las autoridades y una agenda clara con prioridades como la situación económica.

 

Dicho diálogo nacional también pretende lograr un acuerdo para garantizar las próximas elecciones legislativas, que el Frente de Salvación Nacional -FSN, principal grupo opositor- ha amenazado con boicotear si no se suspende la Constitución actual y se forma un gobierno de unidad nacional.

 

Tal convocatoria coincide con el segundo aniversario del denominado “Viernes de la Ira”, que se caracterizó por la dura represión del régimen de Mubarak contra los manifestantes.EFE