MONTERREY. “Mi hijo es un guerrero” aseguró Susana Santana, la madre del menor que se encuentra grave tras haber sufrido múltiples lesiones debido al estallido de una granada de fragmentación, en Nava, Coahuila.

 

En un intento desesperado por salvarle la vida, Nelson Pérez Santana fue trasladado a la Clínica 21 del IMSS, en Monterrey, debido a que, entre otras cosas, tiene aire en el cerebro, lesiones en los pulmones y el páncreas, así como una pierna destrozada.

 

Juegos peligrosos

 

El día de los hechos, el infante pateaba en el interior de su domicilio una granada que se encontró en un lote baldío cercano a su casa, ubicada en la calle Misión de Bizarrón 235 en la colonia Camino del Real, en Nava.

 

Su compañero de juego, José Rodolfo Ramos Cárdenas, recibió atención médica por lesiones en sus dos piernas, pero su estado de salud es estable.

 

“En Piedras (Negras)  me habían dicho que venía grave, pero como lo miraba hablar me imaginé que estaba bien”, dijo la madre.

 

Precisó que al ingresar a la Clínica 21 tuvieron que volver a valorarlo con una gran cantidad de estudios, los cuales determinaron su estado crítico.

 

“Está bien grave, tiene aire en el cerebro, tiene perforado un pulmón, derrame, y el riñón no le está funcionando”, explicó la afligida madre de familia.

 

“Nomás Dios me lo puede salvar”, interviene en la entrevista, Samuel Pérez, padre del chico.

 

El hombre, quien trabaja en Unidad Micare, una empresa de minería, expuso que la vida de la familia cambio en un momento y ahora están sumidos en la tristeza.

 

“Imagínese, estamos muy tristes”, comentó mientras veía hacia el suelo y confesaba que en casa los esperan sus otros dos hijos: Samuel, quien es mayor que Nelson, y la pequeña Joselin.

 

La madre del joven explicó que en Piedras Negras le dieron atención médica y le operaron para limpiarle por dentro.

 

“Traía derrame”, dice la mujer, que viste una sudadera en color vino y se negó a ser fotografiada.

 

Dijo que apenas ingresó en la Clínica 21 le intervinieron por el asunto de su pierna, debido a que todo el tejido se le dañó, dejando expuesto el hueso.

 

Respecto al aire que dicen tiene en el cerebro, los doctores les dijeron que ese se le puede salir solo con el tiempo, sin embargo tiene dañados el riñón y el páncreas. Además de heridas por esquirlas en todo el cuerpo.

 

Fe y fortaleza

 

“Estamos bien tristes, orando, eso es lo único, lo daban por perdido y lo salvaron (en Piedras Negras). Esperemos que Dios lo salve”, compartió Santana.

 

“En Piedras no sabían ni porqué está vivo. Batalla para hablar y dice que él ya quiere estar en casa con sus hermanos”, agregó.

 

El hombre trabajador de Micare expuso que le ha dicho a su vástago que nada más está en la clínica de Monterrey para una curación.

 

“La doctora nos dijo que no lloremos delante de él y que no se dé cuenta. Tenemos que ser fuertes”, añadió.

 

La mujer indicó que su hijo va en la Secundaria y estudia en la “Nueva Creación”, en Nava.

 

“Mi hijo se aferra a la vida. En Piedras estaba vivo casi por el aparato y él solo, de repente, despertó y empezó a respirar”, revivió la mujer sobre uno de los momentos más críticos.

 

Precisó que los médicos les han explicado que la gravedad de la situación se debe a que la granada estalla y crea una onda. “Eso fue lo que lo afectó por dentro”, mencionó Susana.

 

Apuntó que está vivo de milagro y que en un momento ella vio que hasta le salía sangre por los ojos y un oído.

 

Tristes recuerdos

 

Susana Santana apuntó que el día que les detonó la granada a los jovencitos ella estaba en casa.

 

“Yo estaba ahí, yo estaba en el cuarto mío, pegado al de ellos. La casa es de Infonavit, entonces mi hijo entró y me dijo que tenía hambre, le dije ‘nada más deja lavo una blusa”, recordó.

 

Manifestó que cuando salió a tender la ropa escuchó el estallido y lo primero que pensó fue que se trataba de un tanque de gas.

 

“Vi por la ventana cómo los vidrios volaron alto y cayeron. Entonces mi hijo me gritaba: Ayúdame a salir “amá”. Pensé que era mi hijo, lo estiré y era el otro niño; y el mayor (su hijo Samuel) sacó a mi hijo”, contó.

 

Luego de ese momento todo ha sido un calvario para la familia Pérez Santa, que esperan un milagro, un milagro para su guerrero que se aferra a vivir.

 

 

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