Cuando fue creada la DEA en 1973, su misión era unificar bajo una sola agencia las investigaciones contra el tráfico de estupefacientes, ya que la desarticulación de parte del gobierno de EU daba una ventaja al crimen organizado. Antes de su creación había dos organizaciones que investigaban el tráfico de drogas el Bureau of Drug Abuse Control (BDAC) y el Bureau of Narcotics and Dangerous Drugs (BNDD). Estas agencias contaban con dos enfoques distintos el BDAC verificaba que las drogas que tenían un uso farmacéutico tuvieran el control debido en los laboratorios, y no terminaran en manos del crimen organizado, y el BNDD realizaba investigaciones criminales en EU y el extranjero.

 

En 1963 la BNDD estableció dos oficinas en México, una en el DF y otra en la ciudad de Monterrey. Al día de hoy existen 11 oficinas en el país, que realizan investigaciones en coordinación con sus contrapartes mexicanas que son la PGR, SSPF y la SEDENA, así como el seguimiento a solicitudes de información de casos que se están litigando en EU para coadyuvar a los fiscales presentar mejores argumentos en la corte.

 

Dos de las herramientas más usadas por los fiscales para desarticular las actividades del crimen organizado son el uso de informantes y las operaciones controladas. Los informantes es una técnica bajo la cual la autoridad ofrece una menor sentencia, una contratación, una recompensa o inclusive inmunidad a cambio de información fidedigna que pueda ser utilizada en un caso criminal.

 

El uso de informantes ha logrado localizar a “blancos” denominados “triple A”, dividir organizaciones criminales al crear desconfianza entre sus integrantes, y presentar testimonios en la corte que ayudan a los fiscales presentar sus casos. Muchas veces sin esta información no habría sustento legal para poder actuar contra los criminales. Sin embargo, esta práctica también ha generado desconfianza debido a que los informantes muchas veces tienen su propia agenda y a cambio de la inmunidad que obtienen, muchos crímenes pueden quedar impunes. En otros casos, una organización criminal puede delatar a sus contrincantes para apoderarse de las rutas.

 

Un ejemplo, de esto lo veremos en los primeros tres meses del 2012 cuando el hijo del Mayo Zambada se defienda ante las autoridades de EU argumentando que él tenía y/o estaba en un proceso de negociación de información por inmunidad cuando fue aprehendido en el 2009.

 

Las operaciones controladas se realizan para determinar el modus operandi de los criminales. En ellas los agentes de la DEA se hacen pasar por compradores de droga o proveedores de algún servicio de logística (transporte de droga, lavado de dinero, expedición de documentos falsos, renta de casas etc…) para el crimen organizado, de esta manera obtienen evidencia para documentar la actividad criminal y obtienen información estratégica del mercado, que puede ser utilizada posteriormente para desarticular otras organizaciones. Casos exitosos como este han establecido la relación que existe entre el mercado de armas internacional y los narcotraficantes, o el vínculo entre el mercado de heroína en Afganistán y el financiamiento de operaciones de Al Qaeda. Estas operaciones llevan tiempo, y son muy riesgosas ya que la credibilidad de los agentes es vital para el éxito y en el camino puede haber actos criminales que se tenga que dejar pasar por las autoridades para poder desmantelar una organización.

 

Las últimas notas presentadas por el New York Times no revelan nada nuevo ya que la DEA ha realizado estas operaciones en México e inclusive emitió un boletín el 6 de diciembre donde dice que esto se hace en conjunto con autoridades mexicanas.

 

Lo que si llama la atención son las declaraciones de la Vocera de la Presidencia Alejandra Sota donde dice que el Gobierno Mexicano no tenía conocimiento de estas operaciones una plena contradicción al mensaje institucional de la DEA. Una vez más esto refleja la gran descoordinación de las autoridades mexicanas que se traducen en frustraciones para quien quiera cooperar con México.

 

En el mes de enero, la investigación al lavado de dinero en bancos de HSBC en México habrá llegado a su fin, y otra vez la sanción no será por parte de una autoridad Mexicana, como debería ser la CNBV, el SAT, la SHCP ni la PGR. En este caso HSBC, ha cooperado con las autoridades de EU y el Banco de Inglaterra y en el resultado se revelará la facilidad con la que el crimen organizado ha utilizado el sistema financiero mexicano para lavar sus activos en el país. Esta investigación que podría ser la más grande en la historia por el monto de activos, fue producto de una operación controlada, por agencias extranjeras.

 

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